RonaldReflexiones sobre el concepto del espacio Inca y su vigencia  en el Cusco contemporáneo

Por: Arq. Ronald E. Peralta Tamayo

El espacio es el elemento que caracteriza la  arquitectura, a la vez que sintetiza todos aquellos factores materiales formales y compositivos que lo definen y le dan identidad en el tiempo.

Según el cronista Sarmiento de Gamboa, en la lengua hablada, Q´osqo sintetiza elespacio-1 acto de “ocupar un espacio de manera mágica”. Para Garcilaso, en la lengua particular de los incas Q´osqo es el “ombligo del universo”.

La ciudad de Cusco es, en América, la ciudad que con mayor intensidad refleja,  a través del patrimonio edificado, el proceso histórico del mestizaje  de nuestra cultura viva contemporánea y  nuestra identidad como nación.

A  juicio propio, son dos vertientes, entre otras, las que nos  permiten tener una clara visión de las etapas evolutivas de la Cultura Andina: el  análisis de los restos arqueológicos y la interpretación de la tradición oral.

 

En una sociedad ágrafa como la incaica son importantes los testimonios  pues son las bases para el proceso histórico, que, traducidos en mitos y leyendas han sido  recogidos por cronistas e historiadores, quienes,  ofrecen diferentes versiones de la narración oral y  sus propios testimonios.

 

El arquitecto Carlos Williams, notable historiador del proceso urbano de las culturas precolombinas refiere que “…..la base del planeamiento del Q´osqo radica en la concepción sagrada de la ciudad y el entorno del paisaje circundante. Su diseño, corresponde a la particular concepción del mundo y aprehensión del espacio del pensamiento inca que, alejado del pensamiento occidental, no puede ser entendido sino desde un esquema  de valores diferentes. La jerarquización del espacio y su concepción sagrada hacen del Q´osqo el centro del mundo, hábitat de los hijos del Sol…”

 

El principal componente ideológico de ordenamiento en la cosmovisión inca, es la división por mitades, la dualidad de oposición y su  complementariedad.

 

Al instalarse Manco Capac en el primitivo poblado de Acamarca, posterior capital del gran imperio del Tawantinsuyo; estaba dividido en cuatro secciones o canchas: Quinticancha, barrio del picaflor; Chumbicancha, barrio de los tejedores; Sayricancha, barrio mestizo Quechua-Aymara; Acamana, ocupado por Manco Capac y sus Ayllus.

 

A mediados del siglo XV, uno antes de la llegada de  españoles al territorio ocupado por el Estado Inca, Pachacutec, quien, según el historiador Markhan “…es la personalidad de mayor nivel que ha producido América aborigen…”, luego de la expulsión de los Chancas, inicia la etapa de expansión del Estado.

 

El espacio interno es el protagonista del hecho arquitectónico. Todo edificio colabora en la creación de dos espacios: los espacios internos, definidos completamente por cada obra arquitectónica, y los espacios externos o urbanísticos, que están limitados por cada una de ellas  y sus contiguos. La sociedad define en su historia el espacio que la caracteriza.

 

Pachacutec, con notable visión de arquitecto, planificador y estadista; define, de manera coherente con la grandiosidad del Estado, los patrones estilísticos y uniformes que caracterizan  la arquitectura y el urbanismo Inca en el extenso territorio conquistado.

 

La difusión y materialización de estos patrones, se dan en el corto período,  aproximado, de poco más de un siglo de intensa actividad constructiva realizada por los tres últimos grandes incas: Pachacútec, Tupac Inca Yupanqui y Huayna Capac.

 

Pachacutec, organiza en todo su contexto, el Estado incaico estableciendo módulos de estilo y trazado que se repiten y definen con claridad la cosmovisión del mundo andino

 

Estos módulos, traducen criterios ideológicos en proporción a la dimensión imperial del Estado Inca sean estos: económicos, administrativos, sociales y/o  mítico-religiosos acusando siempre  la presencia del Estado.

 

El Q´osqo, es replanteado por Pachacutec reelaborando la tradición urbano-arquitectónica de culturas anteriores integradas al territorio conquistado. Utiliza el trazado reticular de la tradición urbanística Tiahuanaco, Wari y Chimú por ser el que mejor se adapta al ordenamiento básico del trazado urbano.

 

La Cancha, como unidad urbana, es un conjunto espacial conformado por cuatro lados, siempre dentro del criterio de la paridad o dualidad; con habitaciones adosadas a un muro perimetral externo generando un espacio de comunicación interior o patio.

 

Este módulo se repite en todos los niveles o jerarquías sociales; desde el núcleo básico-habitación, hasta los recintos sagrados dedicados al Sol en el Q´oricancha

 

El espacio interior conlleva dos hechos: por una parte, su lógica repercusión en el espacio exterior, al que afecta al crear un volumen que lo ocupa y, por otra, la posibilidad de un recorrido dentro del edificio, que implica un vacío y una dimensión temporal.

 

A su llegada al Q´osqo en 1530 los españoles se encuentran con una gran ciudad, magistralmente planificada;  que sirvió para construir la capital del Estado  colonial, con grandes espacios abiertos a diferencia de las ciudades medioevales europeas generadas a partir del castillo feudal.  El Cusco  que heredamos  parte del trazado inca de Pachacutec y la imposición de la edilicia colonial.

 

A fines del  siglo XIX, el mundo occidental, experimenta el gran cambio del racionalismo y la modernidad como consecuencia del proceso de industrialización y el maquinismo; produciendo un cambio sustancial en los cánones y  los sistemas de conducción social de las ciudades, lo que significó reformular principios, patrones y valores.

 

Las formas, el uso tecnológico, la nueva visión estética y arquitectónica,  son el resultado de aquel proceso histórico, de aquella conmoción económico cultural e industrial que se dio en la sociedad europea y norte americana.

 

En los países de tradición colonial no se han dado estos cuestionamientos propios de las sociedades industrializadas. En nuestro país y particularmente en la región del Cusco, mucho menos, se ha desarrollado una expresión de modernidad dentro de  los criterios racionales occidentales.

 

En el Perú republicano se ha tenido un proceso de industrialización muy incipiente, primario y dependiente; incapaz de provocar un proceso paralelo con las características culturales y tecnológicas que se dieron en los países industriales. La industrialización en nuestra región no ha tenido mayor significado. En la primera mitad del  siglo XX se desarrollaron actividades empresariales textiles y pecuarias.

 

El movimiento de modernidad en el Perú se expresa en hechos aislados y de ninguna manera consecuentes con un proceso histórico válido. Lo único que se ha hecho, es simplemente,  tratar de imitar formas y estilos sin un significado real de procedimiento o de método.

 

Por el contrario, las expresiones de la arquitectura inca, en el caso del Cusco, en su Centro Histórico,  sí son consecuentes con el análisis lógico de cómo manejar el espacio arquitectónico: consecuencia que ha continuado en el período colonial luego del gran terremoto de 1650 y su posterior reconstrucción cuyo principal gestor fue el Arzobispo de la ciudad Mollinedo y Angulo.

 

Es a partir de otro gran terremoto, el de Mayo de 1950,  que destruyó gran parte de la ciudad colonial; que el Cusco ingresa a una nueva etapa de acuerdo al criterio modernizante de los planificadores del  Cusco post terremoto.

 

Se propuso, prácticamente, la destrucción de lo que es hoy el Centro Histórico para hacer la ciudad más eficiente en función de la circulación vehicular, con la propuesta de grandes vías y el consecuente ensanchamiento de las calles tradicionales. El racionalismo europeo  de Le Corbusier y los maestros del Bauhaus exilados en Norte Amérca, después de la segunda gran guerra, era entonces, lo más acertado para los urbanistas modernos.

 

El historiador José Tamayo Herrera, define, que el despertar del Cusco a la modernización, está ligado a procesos sociales y políticos que se dan en esta ciudad. El positivismo europeo, de alguna manera, influyó para que aquí se den las ideas indigenistas; ideas que fueron sustentadas por una clase intelectual que también tenía el poder económico. Una clase social que, si bien veía el pasado como algo mitológico que debía ser rescatado, contradictoriamente, planteaba, también, que la ciudad debía cambiar y progresar. Para los indigenistas, modernidad era sinónimo de progreso y era necesario adoptar patrones diferentes.

 

El análisis ideológico, plantea la importancia en el desarrollo urbano que deviene en la plasmación de formas. Los fenómenos socio-culturales no tienen una dialéctica propia sino que se van modificando en la medida que los nuevos modelos van desplazando a los anteriores.

 

La clase económica que detenta el poder, es mimética y procura limitar los valores de las culturas populares que se generan en los          Centros Históricos como sucede en los países de tradición colonial.

 

Lo importante es el sistema de preferencias de valores, pues estos posibilitan que se adopte, teórica y prácticamente, un determinado esquema. Es decir, la forma como se gesta un modelo y la función que el sistema dominante le atribuye hasta formar el fenómeno histórico social.

 

En esta medida la imposibilidad de identificación del poblador de los Centros Históricos está definida en la oportunidad de especular con ellos degradándolos. El turismo principalmente, es un ejemplo de ello.

 

No obstante, en el caso específico del Cusco,  debido a su gran pasado histórico, la conciencia  del habitante del  Centro Histórico, marginado a los cinturones urbano-periféricos, con gran inspiración y tenacidad, continúa manteniendo la vigencia de su pasado andino al margen de modelos impuestos, generando una auténtica cultura urbana que mantiene y fortalece su propia identidad.

 

Los diferentes planes de ordenamiento del Cusco y su Centro Histórico en particular, noEspacio-_2 han podido ser concretados pues estos carecían de una cabal compresión de su evolución histórica; así como también  carecían de  coherencia con las demandas de un Estado cuyo principal objetivo sea sus habitantes.

 

La base  del planeamiento del Centro Histórico del Cusco contemporáneo radica, fundamentalmente,  en la concepción ideológica  de la comprensión del espacio  y el entorno del paisaje que lo circunda,  entorno actualmente degradado por las sucesivas invasiones y especulación  urbanas producto del caos de nuestra sociedad contemporánea que inevitablemente se ve reflejada en  el desarrollo desordenado de la ciudad por la ausencia de un planteamiento directriz democráticamente propuesto y aceptado por sus habitantes.

 

 

 

Cusco Junio de 2013

 

 

 

Citas:

 

- Arq. Carlos Williams: Historia del Urbanismo Pre Colombino

 

- Arq. Javier Sota Nadal: HUACA Nº 2 El movimiento moderno en el Perú

 

- Prof. Bruno Zevi: El espacio en arquitectura

 

- Arq. Enrico Tedeschi

 

- Arq. Enrique Estrada: Crónicas Urbanas tradición y modernidad

 

- Arqs. Ronald Peralta y Roberto Samanez: La idea de la Plaza

 

- Convocatoria:  VIII Simposio Internacional de Ciudades de Patrimonio Mundial

 

- Dr. José Tamayo Herrera: Historia del Cusco Republicano

 

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