JorgeFlores04Entrevista al Doctor  Jorge Flores Ochoa

Por: Patricia Marín

Justo en los momentos en que Machu Picchu se encuentra una vez más, en ojo de la tormenta, recordamos al Dr. Jorge Flores Ochoa que hace dos años se fue con sus Apus, pero siempre está presente. Por lo que les invito a leer sus opiniones sobre Machu Picchu y su administración en esta entrevista

 

 

 

¿Cómo era Machupicchu pueblo en la primera mitad del siglo XX?
De muy niño, cuando el ferrocarril terminaba en esa estación,

recuerdo que íbamos con mi madre a una casita de madera, que había en la casa hacienda de Mandor, que es justamente donde ahora está el pueblo. Allí terminaba el ferrocarril. Llegaba el tren y la gente pasaba la noche donde podían, y al día siguiente, tres, cuatro de la mañana, se embarcaba en camiones para ir a Quillabamba. Ese era el movimiento, y los que venían de Quillabamba igual, pasaban la noche como sea en Machupicchu, para tomar el tren de vuelta al Cusco. Estoy seguro que ninguno de los habitantes del pueblo de Machupicchu tiene títulos de propiedad de las tierras que ocupan. Fue siempre una invasión a través de los años.

¿Qué características físicas tenía esa estación?
Había un edificio de cemento, a manera de una bóveda, que era la estación del ferrocarril, donde vendían los boletos y atendían a la gente. Al frente pasando la las rieles estaba el restaurante del Chino Nauchi, y un poco más allá el restaurante del Chino Soto. Eran los dos chinos que ofrecían comida. El Chino Nauchi ofrecía, por supuesto, comida china, sopas de fideos, arroz graneado, lo que sería después el chaufa, que era una delicia; cuando mi madre nos llevaba a almorzar allí era una cosa especial. Nosotros vivíamos en una pequeña casa de madera sobre pilotes, muy al lado de las aguas termales


¿Cuál era el motivo del viaje?
Las aguas termales. Había solo una posa para disfrutar del agua del manantial. La excursión era ir a las aguas termales llevando huevos, para ponerlos en una canastita en el ojo del manante que era tan caliente, que se podían pasar los huevos, y comíamos huevo pasado. En uno de los tantos aluviones a los que está expuesto Machupichu, -y eso hay que decirlo, pues se trata de una zona de peligro permanente, donde en cualquier momento se producen deslizamientos-, todo quedó tapado. El agua apareció nuevamente después de mucho tiempo, pero ya no tan caliente como era. Hoy en día no van a poder pasar huevos en el ojo del manantial, así que esa fue una de las pérdidas. El sitio también era conocido como Punta Rieles, Máquina y Aguas Calientes; se le daba esos tres nombres.


¿Por qué “Máquina”?

En una oportunidad me explicaron que se debía a que, una vez, vino un aluvión y se llevó la locomotora que se había quedado en la línea. Esa era la historia conocida, pero hay otra versión que sostiene que en 1895, aproximadamente, un alemán de apellido Gherin sacó una autorización para instalar un aserradero, y por eso se llamaba “la máquina del aserradero”, sawmill-machine. La presencia de Gherin con su aserradero muestra varias cosas. En primer lugar que Machupicchu no era el fin del mundo, pues ya había la denuncia de un alemán para establecerse allí y explotar la madera, que era fina, porque en esa zona había cedro. Una de las estaciones se llama Cedrobamba. En realidad cortaban la madera con el propósito de fabricar durmientes, para el tren que se había detenido en Sicuani, entre otras razones, por la falta de durmientes. Imagínese el lujo que se daban, durmientes de cedro y hoy en día no hay ni medio cedro en la zona.


En esos años, ¿llegaban turistas?

El turista iba en un equivalente del "tico" para la riel, que se llamaba “autocarril”. Estaban pintados de amarillo, el chofer ocupaba un sitio, y tres o cuatro turistas, los otros. Cuando llegaban a Machupicchu, tenían que subir caminando o a caballo, pues había caballos y mulas para subir a los turistas hasta el sitio arqueológico. Ese era el movimiento turístico. No había alojamientos donde la gente pasara la noche, y por eso pasaban la noche a la intemperie. Los turistas que llegaban en autocarriles, tres o cuatro autocarriles al día, eso significarían 12 turistas al día, estamos hablando de los años cuarenta, así que la historia del turismo a Machupicchu es relativamente reciente

¿Qué estaciones había en la ruta?

Varias, entre ellas Cedrobamba y Pampakawa, por ejemplo, que eran estaciones para lo que se llamaba carrilanos. Todavía uno puede ver los campamentos de los carrilanos en la zona, son unos edificios largos, con puertitas a todo lo largo donde vivían los carrilanos con el propósito de mantener la línea.


¿Qué tipo de propiedad y uso tenia la tierra en ésa zona?

Esa es otra parte interesante de la historia de Machupicchu. Viniendo desde Ollantaytambo, comienza a angostarse el valle y forma un cañón: todo eso eran haciendas, a ambos lados del rio. Allí no vivían propietarios de pequeñas haciendas, vivían lo que se llama en ésa época colonos o arrendires, igual que en Quillabamba. El arrendire es una persona que llega de cualquier sitio y pide que le permitan quedarse a cultivar una parcela a cambio de trabajar para la hacienda. Como es una zona bien abrupta, no hay tierras de cultivo, así que una de las tareas del que quería quedarse, era buscar un lote. Como se decía en ésa época, tenía que "romper el monte" para poder “fabricar” una parcela. Es así como llegaron todos los que ocuparon la zona, que hoy en día se han quedado como comuneros, o hacendados, después que la Reforma Agraria afectó todo y repartió las tierras a los que las ocupaban.


¿Esa sería una explicación de la llegada de Lizárraga, por ejemplo?

Hay varias referencias de por qué llegó Lizárraga allí. Era un arrendire, no un hacendado, pues todo forastero que llegaba allí, llegaba como arrendire, o administrador, no recuerdo bien el nombre que se le daba al que se quedaba a administrar la hacienda mientras los dueños estaban en el Cusco. Lizárraga no era propietario de nada, y tampoco era una persona que conociera la zona. Fue buscando terrenos donde romper el monte para abrir parcelas, que pidió ayuda a la gente de la hacienda Mandor, cuyo administrador era un Sr. Palma. Ellos colaboraron con él, cruzaron el río, etc. Pero esa zona ya era otra propiedad, era de los Abril. Así subieron al sitio arqueológico, como era el que sabía leer y escribir sin duda, ahora quieren hacerlo aparecer como el descubridor de Machupicchu. Y no es así.


¿Y cómo es la historia de los Abril?

Es una historia es un poco larga. Allí hay un interrogante, al que podrá responder aquella persona que tenga la paciencia de buscar documentos y revisar archivos. Cuando llegan los españoles, Machupicchu se despobla rápidamente ¿Por qué? En el siglo XVII, los descendientes de los incas, comenzaron a reclamarla como hacienda real porque eran tierras que pertenecían a los incas nobles, y la reclaman los descendientes de Pachacuti, porque él había mandado construir esa hacienda real, y la prueba es que lo españoles la dan en encomienda. Una encomienda es el derecho a usar un bien, no pueden darla en propiedad porque eso pertenece al estado inca y luego pasa a la corona española. El primer encomendero de esa zona es Hernando Pizarro, el hermano de Francisco Pizarro ¿Por qué se la da? es lo que uno tendría que preguntar, tal vez, porque era el camino a Vilcabanba, o porque pensaba que era un sitio de mucha riqueza. Y desde allí se ve cómo se va transmitiendo la sucesión desde el siglo XVII y XVIII. Incluso en un momento determinado hay un par de hermanos Ochoa que compran la hacienda y después la vuelven a vender por sugerencia de su tío, Zaldívar o algo por el estilo, para que la hacienda no quedara abandonada, porque ellos no la trabajaban.


¿Pero en qué momento pasó a ser objeto de compra y venta ?

Los bienes del Estado no pueden tener ésa categoría. Si era propiedad del Estado en el Incanato, pasó a ser propiedad de la corona en la colonia, y así poco a poco hasta que en el siglo XIX lo adquiere un señor Ferro que es el abuelo de los actuales descendientes que están reclamando la propiedad de Machupicchu. Sin embargo, así ellos sean dueños de la hacienda, no pueden ser dueños del sitio arqueológico porque el Estado es dueño de todo eso.


¿Qué se sabía de Bingham, en el Cusco de ésa época? ¿Qué se comentaba?

Cuando éramos chicos y pasábamos las vacaciones en Urubamba, yo escuchaba las conversaciones de los viejos, de los hijos del dueño de Panakawa, Colpani, Mandor, Justo Zenón Ochoa. Ellos conocían a Bingham, sabían sus idas y venidas. Incluso muchas veces lo acompañaron y siempre se referían al gringo y se preguntaban, ¿qué cosa ha descubierto si nosotros conocíamos todo eso? Claro que conocían pero no le daban ningún valor, no reconocían su importancia, porque no era gente que estuviera entrenada en arqueología o historia, o que tuviera el afán de estar descubriendo sitios perdidos. No le daban importancia porque era parte de lo que habían visto desde chicos. Así que a Bingham podemos descartarlo también como el descubridor de Machupicchu. Era un sitio conocido por todos.


Ahora mismo ya reconocen que él no pudo ser el descubridor de Machupicchu porque la actual ruta que sigue el ferrocarril, desde Ollantaytambo, ya existía como camino para el transito de carretas para transportar la madera que se extraía para los durmientes del ferrocarril al Cusco. Cuando el ferrocarril llega en 1908, hace cien años justamente, ya había gente transitando por esa ruta. Marina Mould ha publicado una serie de mapas, desde el siglo XVII, hasta el año 40 más o menos, donde figura Machupicchu. Está en los mapas y un sitio que está en los mapas, no está en el fin del mundo, ni es una terra incognita.


Bingham comprendió la importancia del sitio y lo divulgó como el descubrimiento del siglo. Por esa época llegaron al polo norte, cruzaban al atlántico en vuelos para ver quién hacía el primer vuelo, era una época de descubrimientos.


Lo cierto es que a partir de la presencia de Bingham se inicia el turismo en Machupicchu.


El mundo conoce que existe Machupicchu, por la forma como lo describe Bingham, sobre todo la publicación del primer informe que se hace en la revista National Geographic, que circulaba muchísimo en Estados Unidos. Desde ésa época ya hay interés de conocer Machupicchu, por eso es que en los 40 ya había ese servicio de autocarrilles.


¿Los cusqueños teníamos curiosidad de conocer, de saber lo que era Machupicchu?

Como dije, las familias que tenían haciendas allí ya lo conocían, pero no tenían la actitud científica para explicarse qué era eso, porque estaba allí. No le concedían mucha importancia. Muchas de las informaciones que usó Bingham, provienen de Alberto Giesecke, que en ese momento era rector de la Universidad. Y yo he escuchado a mucha gente que Giesecke les preguntaba a los estudiantes si conocían sitios arqueológicos, y muchos le dijeron qué había allí. Bingham estaba buscando el último refugio Inca, por eso es que primero estuvo en Choquequirao, que ahora también es tan importante. Pero cuando le dijeron que por el valle del Urubamba había un sitio arqueológico, recién fue al lugar. Lo curiosos es que incluso después de haber estado en el lugar, seguía buscando Vilcabamba, lo dice en sus memorias, así que de primera intensión no le dio valor a Machupicchu. Es un poco después que valora su “descubrimiento”.


Acaba de prologar la nueva edición del libro de Valcárcel y esta reedición nos hace ver la vigencia del pensamiento de Valcárcel con respecto a Machupicchu.


Es cierto. Muchas de las cosas que él dijo son las que se están comenzando a proponer ahora, Lumbreras está utilizando muchas de las ideas de Valcárcel, como las de “propiedad real”, por ejemplo, “sitio de meditación”, “centro religioso de Pachacutec”. Hay otras investigaciones, como las que está haciendo John Verano, antropólogo físico norteamericano, que ha estudiado los huesos que Bingham llevó a Yale, y ha encontrado en ellos evidencias de que la población del sitio tenía diferente infancia [diferente nutrición] [provenía de diferente cuna]. En los huesos se puede verificar el tipo de comida que tenía la gente. Todos ingirieren diferente comida, en unos casos corresponde a la costa norte, en otros al Altiplano. Esto confirma la idea de que Machupicchu estaba poblada por gente traída de otros lugares, para representar idealmente todas regiones del Tawantinsuyo. Los que murieron fueron sepultados allí, y en sus huesos queda la evidencia de su origen. A los pocos años de la llegada de los españoles, el sitio estaba semivacío, y luego de unos 15 años, solo encuentran a un viejo que vivía allí, y el español decide que lo lleven a Ollantaytambo. Eso quiere decir que ya estaba despoblado.


¿Por qué se despobló?

Porque no era población permanente del sitio. Fue llevada allí de otros lugares, como ocurría con los arrendires que tenían que ir por su cuenta o ser llevados, y eso se ha repetido hasta los años 50 y 60 del siglo XX. Yo recuerdo que mis hermanos y hermanas, cuando fueron de excursión a Machupicchu, nos contaban que tuvieron que dormir en el coche del ferrocarril, porque no había ningún alojamiento, no había donde pasar la noche, así que el ferrocarril ponía los coches en las rieles de descanso y allí pasaba la gente la noche. Y al día siguiente tenían que venirse porque era un viaje de dos días. Ahora es todo lo contrario. Hay una población inmensa allí.


¿Cómo se debe gestionar la ciudadela? Es una fuente de ingreso impresionante para el Perú, y no solo para el Cusco.

Hay posiciones encontradas. Si hablamos de los que dicen que son expertos en turismo, y de los empresarios de turismo, tanto limeños, extranjeros, como cusqueños, ellos ven únicamente la manera de obtener la mayor ganancia con el menor esfuerzo posible. No lo expresan así, claro, pero sus propuestas conducen a eso.


Una de las principales convicciones de los empresarios cusqueños es que la capacidad de recepción de 2500 visitas atribuida a Machu Picchu, nadie ha fijado con criterio científico, y ellos piden que se fije el número de visitantes por día con criterio científico. Pero ¿cual es ese criterio científico? Han contratado a una empresa que ha hecho un proyecto de manejo de toda la región. Los más extremistas dicen que el ingreso a Machupicchu debe regularlo el mercado, la simple oferta y demanda, y así Machupicchu se convierte en una mercadería cualquiera. Pero Machupicchu es importante porque es un sitio especial, con características que no se repiten en otro sitio, no hay otro Machupicchu, ni hay posibilidad de sustituir Manchupicchu en caso de que se deteriore por el uso o sobreuso.

 

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"Ni siquiera un estadio

se puede regir

por la oferta y

la demanda"

 

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¿Cuál es la otra posición?

Del otro lado está un grup
o de defensores del patrimonio, que ha dedicado su tiempo a estudiar qué es el patrimonio, lo que significa no solamente en términos de ingreso y ganancia, sino como referencia para la Historia, así como para la construcción y reconstrucción permanente de lo que se llama “identidad cultural”, que tampoco es algo que se pueda precisar con mucha fuerza. Hay una incomunicación total. A los que ven a Machupicchu como una empresa, solamente los guía la referencia económica. Es el criterio de los que han construido hoteles contra toda lógica y urbanismo, violando todas las reglas y posiblemente obteniendo favores de los alcaldes del lugar. Hay normas que dicen que no se pueden construir edificios muy grandes, pero justamente en el camino al sitio arqueológico, hay edificios que 4 pisos que rompen la armonía del ambiente, y que están hechos con un criterio estrictamente mercantil. Estas personas, solo dedicadas a obtener ganancias, posiblemente jamás se han puesto a pensar que están serruchando la rama en que están sentados. ¿Quiénes van a sufrir cuando Machupicchu se deteriore? Toda la población, incluyéndolos a ellos. Cuando el monumento mal usado se deteriore, verán que disminuye el turismo A, y comienza a llegar el turismo C y D, entonces van a notar lo importante que era conservar Machupicchu en su valor primigenio, gestionando adecuadamente y controlando el ingreso.

¿Qué es lo que quieren los empresarios del sector turismo?

Los empresarios quieren que ingresen 4 ó 5 mil visitantes diarios, y su propuesta la hacen sobre la base, de que la gente se aglomera en la entrada, y por tanto debe haber más entradas para un flujo mucho más rápido. Este tipo criterio funciona si es un estadio de futbol, un teatro o un local de espectáculos multitudinarios, que busca que la gente ingrese más rápido y desaloje el local más rápido. Con este criterio no se puede manejar un sitio arqueológico. Incluso no faltan personas, como el dueño del Hotel Royal, que proponen que Machupicchu debería atender tres turnos al día: mañana, tarde, y noche. Que se puede visitar de noche porque la experiencia es diferente con espectáculos de luz y sonido. Si hay gente que piensa así no obstante su instrucción y capacidad, a uno le entra el desaliento, ¿no piensan en el futuro de su propio negocio?


¿Cuál sería el término medio?

El término medio es que se fije de manera racional el ingreso. Oficialmente son 2500, pero se sabe que extraoficialmente, desde el año pasado, están ingresando 4 y hasta 5 mil turistas. Porque, curiosamente, se ha malogrado el contómetro que media el número de ingresantes. Al INC también le interesa obtener ganancias, es una suma bastante elevada la que obtiene por el ingreso a Machupicchu.


¿Qué opina del proyecto de construir un aeropuerto en Quillabamba y hacer un gran parque o reserva turísticos que incluya Machupicchu?

Solo conozco declaraciones periodísticas y noticias rápidas. No he tenido la oportunidad de leer el proyecto, pero incluso hay otro proyecto que se llama Q’ente, y que ha sido financiado por la región. Los empresarios jóvenes deben ser muy dinámicos para haber convencido a Gonzales de contratar a los han hecho ese proyecto. Lo han hecho con el instituto Qhipu, que trajo a expertos internacionales para que diseñen el plan. Solo que estos expertos diseñan en el vacío, como si allí no hubiera nada, como si no hubiera un movimiento, y como si no hubiera algo que se está ya deteriorando el patrimonio. Son propuestas “ideales”, en el sentido, no de que sean lo mejor, sino de que son imaginación, idea. No sé, por ejemplo, si Quillabamba tenga condiciones para un aeropuerto internacional. Parten de una idea que no sé hasta qué punto es cierta, y es que los turistas vendrían directamente al Cusco. Yo recuerdo que una compañía de aviación inauguró vuelos directos Nueva York-Cusco; por simple casualidad yo estuve en el vuelo inaugural de ida y vuelta. Éramos 6 personas en el avión de ida, y de regreso a la semana, éramos otros 6. Estos vuelos no duraron más dos o tres meses, tuvieron que cerrar porque no tenían pasajeros, y esto no hace más de 10 años. ¿Por qué la gente no usaba esos servicios?

 

Hace 10 años no había el movimiento que hay ahora.

Sí pero, desde entonces no hemos crecido mucho. Se dice que este año llegaremos al millón de turistas, pero hasta ahora no se ha alcanzado esa cifra. Es un sueño eso del millón de turistas. Vuelvo la pregunta, ¿por qué no habían viajeros en esos vuelos? Porque no se paraba en Lima,


¿Cree que Lima es un paso obligado para mucha gente?

Yo creo que sí, y es la razón del fracaso de esa ruta…


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¿ Machu Picchu o Caos Urbano ?

 

Cusco ha tenido varios amagos de aeropuerto internacional. El de Chinchero, que fracasó. El de Anta.

El de Anta es un pésimo ejemplo, en el mundo, de destrucción del eco sistema de un lugar. Se drenó la pampa, se quitó el agua que había, y hoy día, ¿qué es Anta? No es no zona agrícola, ni zona ganadera, no es nada, y todo gracias al proyecto del aeropuerto. El aeropuerto de Chinchero también fue fruto de un sueño, aparte de que jamás preguntaron a la gente que vive allí. He tenido mucho contacto con la gente de Chinchero y les he preguntado qué pensaban sobre el aeropuerto, y responden que no querían el aeropuerto. Pretendían pagarles a precio de arancel, es decir por topos, no por metro cuadrado. Ahora, cuando se les pregunta por sus tierras, responden que no quieren venderlas, aunque sí podrían entrar en sociedad. Esa gente ya está muy cambiada en comparación con los anteños de los años 50, donde el Señor Gobierno era respetado y acatado en sus decisiones. Ahora no, la gente se enfrenta al poder político y se enfrenta con decisión. Entonces para los de Chincheros perder sus tierras de cultivo no es tan simple. Supongamos que a uno de ellos le dan sus 100 mil soles, qué va hacer con cien mil soles ¿venir a la ciudad y construir su casita en un pueblo joven y abrir un tienda de abarrotes?


Volviendo a la gestión de Machupicchu ¿qué opinión tiene de la gestión del INC?

Machupicchu es un sitio tan delicado, que debe ser gestionado por profesionales. ¿Quién lo gestiona? Empleados de tercera categoría, dos de ellos enviados de Lima por la directora del INC (uno, tiene la función de llevar la cuenta de cuantas personas ingresan, esa es toda su obsesión). Y los otros son gente de turismo, que no está capacitada para hacer gestión del patrimonio. Por lo menos deberían buscar gente que sepa que es patrimonio. Ese es el peligro, el turismo tienen mucha fuerza y más poder que cultura.


¿Qué le pareció la protesta de los guías ante la propuesta de que personas calificadas también podían hacer de guías?

Lo que han hecho es hacer sentir que son un poder y defender sus intereses. Porque los guías de turismo, además de llevar al turista y decirle historias que son pura imaginación, sacan buenos beneficios, no tanto por lo que les paga la agencia, sino por llevar a su grupo a una tienda; les dan el 20% de lo que venden, y a veces el recorrido se convierte en un paseo por las tiendas para que ellos saquen su porcentaje. Yo creo que la ley es buena. Tengo algunas experiencias: una sobrina mía llegó, venía de Nueva York, y sacó los servicios de una agencia, para ir a Choquequirao. En ese momento la agencia no tenía pasajeros para la ruta, así que solo fueron ella más dos turistas. Regresó muy contrariada. Cuando preguntaba, o solo daban vagas referencias o no sabían responder lo que ella preguntaba. Están acostumbrados a dar generalidades, pero si hay un turista que inquiere, que pregunta, uno se da cuenta que su conocimiento es muy superficial y no pueden sostener su conversación. Supe que mi sobrina era afecta a observar aves, es ingeniera electrónica pero le gusta ver aves, y quiso ir al Manu para ver aves e hizo contrato con otra agencia, que le dio un ayudante y su guía. Cuando fue al Manu, y ella preguntaba sobre las aves, y el guía no tenía la menor idea. Entonces hay grupos que quieren un especialista, no para que los guíe, sino para que les explique. Eso no pueden ofrecer los guías, que tienen un conocimiento apenas de un milímetro en casi todo. El guía está bien, pero si ellos quieren un profesional en aves, en clima, en ecología, o en Incas, tiene que ser un especialista, no un guía que sabe de todo casi nada.Y podría añadir otro ejemplo. Por dos veces, unas agencias de turismo me han invitado para conversar con turistas mientras almorzábamos, pues querían saber cosas que los guías no podían saber, porque no tienen formación.


Entonces esa ley, con ciertas condiciones, creo que era factible, porque era defender un turismo de calidad, no el turismo dirigido al empleado de una salchichonería que ha ahorrado un año para viajar, o al chofer de un ómnibus de Dallas, sino dirigido a personas de otro nivel, y ese turismo no es pequeño. Pero, ante la ausencia de calidad, ¿cuál es el remedio? Que ahora, quien organiza muchos grupos son agencias especializadas que tienen contactos con universidades norteamericanas, y en el grupo vienen especialistas que la noche anterior, en el hotel les explican todo lo que van a ver. Durante el día están con el grupo escuchando todo lo que les dicen los guías de acá. En la noche se vuelven a reunir para volver a comentar lo que han visto. Muchas veces me he encontrado con colegas, y cuando les pregunto qué hacen aquí, me dicen que han venido con un grupo de turistas. No son guías, vienen como profesores, como expertos. En algunos, son verdaderos especialistas, como Frank Alvo, que es el mejor estudioso de quipus hoy en día, pues ha escrito ya dos libros.


Pero los guías de turismo defienden su parcelita a muerte.


¿Cómo se puede ser proactivo, aportar algo, para avanzar en la solución del problema que es la gestión de Machucpicchu? ¿Es posible conciliar a los actores que intervienen, y que se refleje esto en las decisiones políticas?

Para que esto suceda, sería necesario un árbitro, con capacidad de convocatoria y autoridad para que se reúnan los llamados “talibanes de la cultura” (es decir los que ponen la conservación en primer lugar) con los empresarios. Ahora es imposible, los espacios están tan separados que los que contralan la política cultural resultan siendo los empresarios. Aquí vino la Comisión de Turismo y Cultura del Parlamento, para tener una sesión en el Cusco. Dieron la palabra a todos hasta los porteadores, pero al Instituto Nacional de Cultura le la dieron al final, por dos minutos. Bruce era el presidente de la comisión, y esto fue en la época cuando Ugarte era el director del INC del Cusco. Fausto Salinas era el representante de la Cámara en ése momento, y defendía la ley de la oferta y la demanda para Machupicchu. Y eso no es posible, ni siquiera un estadio se puede regir por la oferta y la demanda, pues depende de la capacidad que tenga, y mucho menos Machupicchu, que es un bien cultural. Aquí hay dos tipos de visión, una del lado del patrimonio, no entendiéndolo como un coto cerrado, pero sí conservando su autenticidad, su valor histórico; la otra, del lado de quienes solo piensan en la explotación del patrimonio para adquirir ganancias.


Los empresarios del sector turismo sostienen: Cusco se desarrollará en base a una nueva gestión de Machupicchu, pues en este momento no hay ninguna gestión

Es fácil decir eso. Pero sí hay una gestión que controla el ingreso, incluso Cecilia Bácula, ha mandado su propia funcionaria de Lima para que controle solamente el ingreso.


¿La “gestión de Machupicchu” consiste en controlar el ingreso y salida de la gente? ¿Nada más?

Nada más. Y el límite es que entren los que puedan.


Entonces los empresarios tienen razón: no hay gestión.

Pero cuando se ha querido poner reglas, es cuando los empresarios han comenzado a protestar. Han movido a la prensa, han pagado a los periodistas, para que hagan toda una campaña contra el que en ese momento era el director del INC Cusco, el antropólogo Ugarte Vegacenteno.


¿Qué reglas mínimas deberían respetarse?

La fundamental es la capacidad. Tú no puedes llegar al Cusco y decir voy a Machupicchu. Eso no ocurre en ningún lugar del mundo. Tienes que pedir reserva con anticipación. Solo así te dan fecha y hora para que puedas entrar. No es que llegues, pagues tu boleto y entres. No es así. Pongo el caso de un Monasterio de los Caballeros Templarios que hay en Polonia. El ingreso era así de libre, entraba tanta gente que su sudor comenzó a producir humedad en los muros y a deteriorarlos. La solución fue solicitar reserva para entrar, y solamente ingresa un grupo cuando está saliendo otro. Los grupos son de 20 personas con el guía del monasterio, no como aquí, donde que cada uno lleva su guía y este te dice: “Siéntate aquí, es el asiento del inca, tú vas a ser Inca”. O los llevan a gritar “¡Ohhhh!” dice que para tener su “experiencia espiritual”. Además la información que se da al turista, tiene que ser vigilada ¿cómo es posible que aceptemos que haya guías que les digan a los visitantes que esto no fue obra de los incas sino de los extraterrestres? ¿Cómo podemos aceptarlo? Parte del manejo tiene que ser que se ingrese por grupos con número limitado, que se reserve la visita con anticipación, y que los guías sean altamente calificados.


¿Cómo deberían ser las visitas a machupichu?

Para mí, que se pidan todos estos requisitos, que el grupo sea guiado y luego salga también conducido, porque ahora hay gente que se queda horas de horas, e incluso se tiende a tomar el sol. Y se lo permiten por que pagó su entrada y se queda allí el tiempo que quiera. Hay que regular todo esto, pero esto no quieren estos caballeros. No se trata de abrir más puertas, primero tenemos que poner reglas claras, y después podemos pensar en el número de visitantes. ¿Qué es gestionar para ellos? Que ingrese más gente a Machupicchu. Su propuesta pública es acceso, no orden. Yo no conozco otra propuestas.


¿Todo el dinero que se obtiene por Machupicchu revierte en el Cusco?

No. El 10% se lo lleva el Municipio de Machupichu, que resulta el Municipio más rico del mundo y que ahora están haciendo un adefesio de edificio municipal. ¿Con gente de ese tipo que puedes esperar? No entienden. Solo entienden la voz del dinero, o sea que el puesto de Alcalde de Machupicchu puede ser el puesto más cotizado de este mundo. El otro 15% se envía a Lima, por la famosa ley de Paniagua, ese es el “gran favor” que Paniagua le hizo al Cusco, y lo que queda es para todo lo demás.

 

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Dr. Jorge Flores

 

 

¿Y con todo ese todo lo demás se debe mantener todo el patrimonio del Cusco y Machupichu?

Machupichu, Sacasyhuaman, y los otros sitios que apenas darán para pagar el sueldo del que está allí. A Tipón va muy poca gente, a Rajchi ídem, casi no hay muchos sitios....


¿Por qué no se gestionan otros sitios?

Porque no le interesa al INC aparentemente,


¿Al INC nacional o al INC local?

A ambos. En todo caso esa gestión, ¿a quién correspondería? Al Ministerio de Industria y Turismo, no al INC. El INC es el encargado de cuidar, por eso es que quieren quitarle la administración de Machupicchu al INC. El sector turismo quiere administrar Machupicchu, ellos dicen: tienen que ser expertos en turismo los que administren Manchuícchu, hemos llegado a ese punto.


¿El Municipio de Machu Picchu dice algo?

Ese Municipio es de una ignorancia supina. Está prohibido echar desmonte al río, y la última vez que he estado, que fue a principios de año, había un volquete, echando desmonte al río, ¿quién controla eso? El Municipio del Cusco, no tiene el personal competente. Además, no creo que se pueda hacer mucho porque el Alcalde no es un especialista en Patrimonio; es un economista. Se ha realizado una reunión de ciudades-patrimonio en Quito, adonde él no quería ir. Lo han obligado a ir, y dijo: “Voy a ir a Quito para que declaren a Cusco ciudad en emergencia”. Lo cual es absurdo, pues es el Alcalde el encargado de cuidar la ciudad. ¿Cómo va a ir el Alcalde, el encargado de tomar las medidas para proteger la ciudad, a pedir que declaren a su ciudad en emergencia? Eso es desconocer las funciones de cada organismo, ¿se cree que la UNESCO es un policía?


¿El problema es técnico, político o económico?

El problema está en todos estos sectores.


¿Por qué está tan polarizada esta relación cultura- turismo?

Porque tal como se maneja el turismo hoy eh día, hay una incompatibilidad con el patrimonio. Los conceptos que se han ido desarrollando a través de los años con respecto al patrimonio, es que este está por encima de un valor comercial, es un patrimonio público. Por eso es que se les declara “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, porque pertenecen a todo el mundo. Machu Picchu ya no pertenece solo al Perú o a los cusqueños, pertenece a toda la humanidad. Así que las entidades transnacionales como la UNESCO, tienen la capacidad y la atribución de vigilar que esto se conserve.


¿Cual es principal factor de deterioro en el Cusco, en este momento?

Tradicionalmente ha sido el uso de las “ruinas” para nuevas construcciones. Ese conflicto ha habido en Alemania, México, Italia, en todo sitio. Si se les permitiera, la gente construiría en el Coliseo romano. En el siglo XIX, sacaban las piedras del Coliseo para usarlas en las construcciones nuevas. No fue el tiempo lo que destruyó el Coliseo romano, fue la gente. Como ocurrió en Sacasyhuaman: uno iba al Municipio, pagaba su licencia y traía las piedras. Pero de ésa época a hoy, se ha avanzado. El mundo ha comenzado a considerar que hay obra humana que merece ser conservada porque corresponde a hitos de la historia o porque, dada su calidad, son de interés de toda la humanidad. Todos tenemos derecho a disfrutar de esos monumentos excepcionales; por tanto, no pueden venir los empresarios a aducir que todo es dinero. Por ese motivo les cuesta mucho esfuerzo someterse a las regulaciones. El alcalde Estrada, pidió a Pimentel y un conjunto de arquitectos que hagan un reglamento del uso del Centro Histórico, un reglamento bastante bueno pero no se respeta, debido a intereses de tipo comercial y turístico. El caso emblemático es el del hotel Marriott, que llegó al colmo. Por eso que yo los comparo con mineros del siglo XIX, no del XX y menos del XXI. Porque hoy en día los mineros acatan disposiciones, reciclan el agua, siembran árboles, pero los empresarios del turismo no quieren ninguna regla. Lo que es más incomprensible para mi es que no entienden que eso afecta al futuro de su propia actividad económica. En muchos casos llegan a actuar como una mafia, porque a veces proceden a la mala, manejando la prensa del Cusco, la prensa escrita, la televisión, la radio; si vieras cómo estos medios defienden a los empresarios, acusándonos a quienes pensamos en la conservación del patrimonio de “talibanes de la cultura”.


¿Qué opinión tiene del ingreso de nuevos operadores en la ruta Cuso Machupicchu?

Es en relación con eso que pregunté: ¿hay capacidad de un gran aeropuerto en Quillabamba? No se trata de un plano amazónico; son los últimos estertores de la cordillera, y por el clima y la altitud están cubiertos de vegetación, ¿hay algún sitio en Quillabamba que pueda servir de aeropuerto? Más bien la propuesta de Ocoruro, donde ya los campesinos están de acuerdo, esa parece ser una solución. Ya Chinchero no sería amenazado. El aeropuerto Velasco Astete está soportando un tráfico bastante intenso, es cierto, pero que esté dentro de la ciudad no me preocupa. Recuerdo que la primera vez que fui a México, los buses pasaban por delante de la puerta del aeropuerto, sin problemas. El aeropuerto sigue allí, lo que han hecho es construir un edificio más grande. O el aeropuerto de Quito, que también está en plena ciudad, y qué podemos decir de La Guardia, en Nueva York, que está en plena ciudad. Eso no es un problema, es un asunto técnico, muy técnico.


¿Y la carretera?

Según lo que he escuchado, Ocoruro está encima de San Jerónimo, entre San Jerónimo y Paruro, una planicie a 4200 metros de altura, la misma altura más o menos del aeropuerto El Alto, de La Paz. Cuando ese aeropuerto se creó allí, no había ninguna casa, ahora El Alto es la ciudad más grande después de La Paz. Inclusive dicen que El Alto tienen más habitantes que la Paz, y los buses pasan a una cuadra del aeropuerto.


Entonces sí tenemos dos formas de acceso a Machupicchu: el ferrocarril y la carretera...

Sí, pero con el peligro de que por la carretera está ingresando mucho turista y se está cumpliendo la predicción de que eso iba a ser un desborde. Un efecto colateral es que las tierras están subiendo de precio. La gente está ofreciendo cantidades fabulosas por esas tierras, y si los dueños de esas tierras deciden vender, allí vamos a ver otro Machupicchu, donde nadie va a poder detener las construcciones. Como no pudo detenerse la construcciones del hotel de Clavijo, el hotel de Martha Chávez, la construcción del edificio del Municipio.


Pero el hecho es que puente ha comenzado a cambiar la vida de Santa Teresa, y en el futuro va a rivalizar mucho con Machupicchu y ojalá que sea así, porque incluso tiene aguas termales, y esa carretera debería seguir hasta Quillabamba.


¿Y de quién depende que continúe?

Del Estado. A Perú Raíl no le conviene, porque Machupicchu se volvería algo de paso, una estación más. Es lo que han hecho los camioneros, han sacado las rieles, y eso es carretera hoy en día. ¿Permitirían que se vuelva a poner la rieles?


¿Y los nuevos operadores qué se van a repartir, a su juicio?

Yo no sé. Porque resulta que no pueden cobrar menos que Perú Rail, no sé si van a poder subsistir con este acuerdo de que solo lleven turistas y con una tarifa no muy competitiva. Eso es lo que leído y no sé hasta qué punto es cierto. Ahora nadie sale de San Pedro, lo que no está mal. Lo que sí está mal es que todos salen de Ollantaytambo, habiéndolo convertido en un terminal del ferrocarril, sin tomar en cuenta que era una ciudad inca viviente, que hoy ya no existe como tal. Ese es el efecto del turismo descontrolado, mal manejado. Todos quieren su tajada, el chiquito, el mediano y el grandote. Hasta el Municipio ha creado su propio impuesto, a todo el que pasaba a tomar el tren le cobraba peaje, totalmente anticonstitucional. Estamos regresando a la Colonia.


¿Qué se debe hacer desde su perspectiva?

El turismo en el Cusco es un poder, silencia los periódicos cuando le conviene, o fomenta campañas cuando le conviene. Leer el diario del Cusco es una buena referencia para entender lo que digo. Y eso tiene su complemento en la radio y la televisión. Una vez dimos una conferencia de prensa con Ugarte Vegacenteno, había como 40 periodistas. Se abrió la rueda de preguntas una tras otra fueron para atacar a Ugarte. Al día siguiente ni una sola palabra de la conferencia, como si no hubiera existido, silencio total. Esa fue una vivencia personal.


¿La entrada de Perú Rail fue mejor que tener a Enafer?

Enafer fue desmontado y destruido de manera deliberada, no es que era tan ineficiente, ponían vehículos cada vez más competentes para el servicio. El ferrocarril Cusco-Puno y Cusco-Arequipa arrojaba ganancias, pero allí intervino la política de Fujimori, los intereses de toda su gente. Se sacó la licitación con avisito chiquito en el periódico, y en esa época fue también cuando se quiso dar en concesión Machupicchu y hacer el teleférico, y es cuando la gente de Cusco ya no lo toleró. No fue que el ferrocarril estuviera quebrado. Eso no es verdad.


¿Cómo evalúa estos diez años de Perú Rail?

Han hecho una muy buena cantidad de dinero, han ganado muy bien, y eso es evidente. Es el monopolio de una de las rutas más productivas no solo del país, sino de Sud América.


¿Qué le ha dado de bueno al Cusco?

No sé si sea beneficioso, pero es evidente que ha creado un grupo empresarial que maneja el turismo con criterios bastante convenientes para sus intereses. Tienen poder y fuerza política y económica y también influyen la opinión pública. El turismo está creando una pequeña oligarquía local, la cual está manejando el Cusco.

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