Colegio de Arquitectos del Perú - Junta Regional Cusco
Homenaje a los Arquitectos que cumplen 40 años de colegiados

roberto-samanez1El arquitecto Roberto Samanez cursó sus estudios primarios y secundarios en la ciudad del Cusco, concluyéndolos en el Colegio Militar Leoncio Prado en Lima. Muy joven emprendió el camino abierto por otros cusqueños y viajó al Brasil para seguir la carrera de Arquitectura y se graduó en 1967.

Hace cuatro décadas, cuando apenas contaba con 24 años de edad se inscribió en el Colegio de Arquitectos en Lima, en el año 1968. Al poco tiempo empezó a trabajar en la prestigiosa oficina del arquitecto Carlos de Martis en esa ciudad. No obstante, en su afán por superarse postuló a una beca y al año siguiente viajó a Italia para estudiar en la Escuela de Post Grado de la Universidad de Roma, La Sapienza, especializándose en Restauración de Monumentos Históricos.

Como ocurre con los profesionales jóvenes, su estadía en el viejo continente fue provechosa. La beca le permitió visitar Atenas y recorrer numerosas ciudades, siguiendo en algunas de ellas estudios complementarios a su especialidad. A su retorno al Perú trabajó en la Comisión de Reconstrucción de la zona afectada por el terremoto que asoló Huaraz, más adelante pasó a trabajar con la misión de la Unesco en la restauración de los monumentos de Trujillo, dañados por ese mismo sismo.

A partir de esa vinculación empezó a laborar en la sede central del naciente Instituto Nacional de Cultura en Lima, coordinando el importante Proyecto PER-39 que se llevaría a cabo con recursos económicos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Unesco. Fue designado Director de la contraparte peruana de ese proyecto, que en casi una década realizó estudios y obras que permitieron restaurar un gran número de monumentos arqueológicos e históricos de la región Cusco–Puno

En ese período, la Unesco le concedió un subsidio especial para volver a Europa y cumplir un extenso programa de visitas de obras de restauración en proceso de ejecución, experiencia que fue volcada en el desarrollo de los trabajos en Cusco.

En mérito a su especialización en restauración de monumentos y la experiencia adquirida, fue contratado como Consultor de la Unesco en misiones de rescate del patrimonio cultural en el Brasil, en Bolivia y en el Perú. Se le encargó, asimismo, escribir sobre la experiencia aplicada en el proyecto, texto que formó parte del libro Tecnologías Apropiadas, que publicó la Unesco en 1981.

Por su vinculación a las áreas técnicas del Instituto Nacional de Cultura del Cusco, asumió en varias oportunidades el encargo de la Dirección Regional hasta que ejerció ese cargo como titular entre 1981 a 1983. Tras su retiro de la institución, ejerció la profesión en forma privada y a partir de 1985 ingresó a la docencia en la Facultad de Arquitectura de la UNSAAC. Al haber ganado la cátedra por concurso público de méritos a nivel nacional, ingresó directamente a la categoría de Profesor Principal. Después de 18 años en la docencia y cumplir más de 30 años de servicios prestados al Estado, pidió su cese voluntario a la Universidad, para dedicar más tiempo a la investigación y a la actividad profesional.

A pesar de ello no se alejó de la actividad académica y ha sido profesor invitado de varias maestrías en restauración y gestión del patrimonio cultural, tanto en el Perú como en Bolivia. En la maestría en Conservación del Patrimonio Edificado de la Universidad Nacional de Ingeniería en Lima, fue Asesor de Tesis y también conferencista invitado.

En 1989 ganó el concurso de Consultoría convocado por el Plan COPESCO para efectuar los levantamientos y el proyecto de restauración de Choquequirao, hasta entonces poco conocido. Catorce años después, en el 2003, fue designado Consultor del Fondo Contravalor Perú–Francia, para coordinar junto con otros especialistas en Arqueología e Ingeniería, la inversión proveniente del canje de deuda para ese proyecto cultural de desarrollo sostenible.

Sería largo enumerar los proyectos y obras ejecutadas bajo su dirección, basta mencionar que, entre muchos otros, son de su autoría la restauración de la Casa Cabrera de la plazoleta Nazarenas, la casa de la calle Tigre, sede del Rectorado de la UNSAAC, la sede el Banco Wiese de la calle Maruri, en conjunto con un destacado equipo de profesionales cusqueños, la casa hacienda Conchahuillca en Yucay y el Hotel NOVOTEL – Cusco.

Mención aparte merecen su participación como parte del equipo ganador del concurso para la restauración y obra nueva del Teatro Municipal de Lima y el Primer Premio en la categoría de Turismo y Recreación, en la Novena Bienal de Arquitectura del CAP, por su proyecto para el hotel de Casa Andina en Yanahuara, Urubamba en el 2004.

Igual importancia y trascendencia tuvo la distinción que le hizo la World Monuments Fund, otorgándole en Nueva York una donación de 50,000 dólares americanos para realizar un estudio que contribuyó a la preservación del centro histórico del Cusco, que realizó conjuntamente con el Centro Guamán Poma de Ayala en 1997.

Gracias a su trayectoria en el campo de la conservación del patrimonio cultural ha participado como conferencista magistral y como ponente en un gran número de eventos internacionales. Basta recordar que sólo en los últimos meses fue invitado a un congreso en Puerto Rico, también como ponente en el Symposium anual del ICOMOS en México y a las Jornadas Patrimoniales organizadas por el Colegio de Arquitectos de Bolivia.

No podríamos concluir esta reseña sin destacar la vasta producción escrita del arquitecto Samanez. Es autor de numerosos artículos y ponencias publicadas en el país y en el exterior, sobre temas de historia de la arquitectura y restauración de monumentos. Conjuntamente con otros dos destacados intelectuales cusqueños es coautor de tres grandes libros de la serie Arte y Tesoros del Perú, escritos entre 1993 al 2007.

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