“La caravana de muerte”

Por: Luz María Crevoisier

Periodista

La Historia del Perú debiera volver a escribirse, según el historiador Juan Vicente Ugarte del Pino, porque se han omitido hechos, tergiversado varios y ocultado otros de trascendental importancia.

Es lo que ocurre, por ejemplo, con lo relacionado al levantamiento de José Gabriel Condorcanqui, Topa (y no Túpac como estamos acostumbrados a escucharlo) Amaru II, los personajes que lo acompañaron y el rol que cumplieron las mujeres en esta contienda independista.

El libro “Terror en los Andes”-la violencia como sistema en el Perú Colonial (dm derrama magisterial) de la investigadora Pilar Roca Palacio (Lima, 1948) de reciente reedición, da a conocer hechos hasta ahora ignorados sobre la revolución tupa camarista.

Antecedentes

Curiosamente, la carrera de Trabajo Social que  Pilar Roca  llevó en San Marcos, la fue acercando al ensayo histórico. Después, con Federico García Hurtado, realizaría varios largo metrajes, entre ellos Kuntur Wachana,  Laulico, El caso Huayanay, Túpac Amaru, esta última con varias premiaciones.

La idea de rescatar del olvido y hacerles justicia a las mujeres que acompañaron al caudillo del “grito de Tinta”; “Me nació cuando a mediados del 2000 integré un grupo que visitó el Panteón de los Héroes, donde el general Herrmann Hamann, presidente del Instituto de Estudios Militares, colocó una placa en honor de estas heroinas, muchas desconocidas por la historia oficial. La mayoría integró la llamada “Caravana de la Muerte”, esa que las trasladó al destierro y en donde muy pocas sobrevivieron”, relata.

“En mi búsqueda de información –nos dijo, recogí las versiones de Carlos Daniel Valcárcel, Jorge Cornejo Bouroncle, Atilio Sivirichi Tapia, Jesús Manuel Aparicio  Bolislao Lewi y de otros historiadores, cuyos trabajos sobre este tema pese a ser importantes, no han sido lo suficientemente valorados”.

“Las mujeres que intervinieron en la revolución tupacamarista, fueron eminentemente políticas-sostiene-de ahí que su participación, fue planificado con estrategias precisas, sin llegar jamás a la intimidación terrorista”.

Entre estas “mujeres alzadas” como las denomina, estuvieron Micaela Bastidas (quién respetó la autoridad de Túpac Amaru,y no cortó los puentes como se debió haber hecho, para impedir que llegaran los refuerzos desde Lima); Tomasa Ttito Condemayta, Cecilia Túpac Amaru, Bartolina Sisa, Gregoria Apasa, Marcela Castro, Tomasa Silvestre, Tomasa Quispe, que comandaban ejércitos y tropas.

Otras fueron, Marcela Luque, Margarita Acevedo, Nicolasa Aguirre, Antonia y Santusa de Castro y muchas más, pero todas sufrieron las peores torturas y una vez asesinadas, sus cuerpos fueron mutilados y repartidos por distintos parajes “como escarmiento”.

“Mi primigenio deseo de hablar solamente de estas mujeres, quedó un poco de lado y preferí darles un capítulo especial, porque no se podía dejar pasar otros hechos, por ejemplo la actuación de doble vía del obispo del Cusco, Don Juan Manuel Moscoso y Peralta (Arequipa 1781); las múltiples traiciones  y contradicciones,  provocaron el aparente fracaso de la revolución más grande de América del Sur”, concluye. FIN DATO Un aporte singular de Pilar Roca, es revelarnos que los restos de Túpac Amaru, a excepción de la cabeza, se encuentran enterrados en el templo de San Francisco del Cusco, como lo aseveran los historiadores Carlos Daniel Valcárcel y Francisco Loayza. El entierro que se celebró con honras suntuosas, el 26 de agosto de 1781,fue acompañado multitudinariamente por el pueblo cusqueño; se hizo posible con la anuencia del obispo Moscoso y fue encabezada por Diego Cristóbal Túpac Amaru, primo del Inca. 

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