“El SUTEP es directamente uno de los principales responsables del calamitoso estado de la educación en el Perú”

El pedagogo Juan Carlos Dianderas Huayhuaca es experto en la implementación de los Programas del Bachillerato Internacional y de Programas en  Inglés,

así como en la aplicación de exámenes internacionales del mismo idioma. Ha tenido a su cargo la dirección de diversos colegios: el Liceo Naval “Almirante Guise”; el Colegio “San Ignacio de Recalde”; el “Davy College” de Cajamarca; el Colegio Peruano Norteamericano “Abraham Lincoln” de la Molina en Lima, y el Colegio “San Agustín” de Chiclayo. Ha sido Superintendente de Educación de BHP Billiton Tintaya, en el Cusco, y en la actualidad se desempeña como Gerente de los Colegios de la Corporación Educativa Pamer. Se debe a esta vasta y destacada experiencia, que Valicha consideró importante conocer su visión de los problemas y posibilidades de la educación en el Perú. Además, Juan Carlos Dianderas es un cusqueño de buena cepa: hijo del conocido abogado Carlos Dianderas Espinoza y de la señora Luz Huayhuaca Escobar, a su vez hija de otro abogado cusqueño, Teófilo Huayhuaca Saldívar. Pero Juan Carlos rompió con la tradición familiar de la abogacía, y optó por el camino de la educación.

 

Entrevista de Patricia Marín

 

 

Patricia Marín.- Sería bueno hacer  una síntesis de las diversas políticas  que han devenido en la situación  actual de la educación en el Perú.

 

Juan Carlos Dianderas.- Es difícil hacerlo en pocas líneas pero, sin pretender remontarme al Yachaywasi Incaico, y para situarnos en la segunda mitad del siglo XX, comenzaré mencionando que el General Manuel A. Odría fue probablemente el que dio un mayor impulso a la Educación, a principios de ese período. La obra del general Odría en términos de infraestructura educativa aún puede apreciarse en las Grandes Unidades Escolar (GUE) que hoy se han convertido en varios Colegios emblemáticos que han sido modernizados durante el Gobierno de Alan García, a pesar de las críticas por indicios de corrupción. Odría tenía un mensaje propiamente populista y la educación era central para su plan de gobierno, pues además de la construcción de las GUE, construyó la Universidad La Cantuta y el Instituto Pedagógico Nacional, entre varias otras obras. Hubo una preocupación especial por el magisterio, pues los docentes tenían un status profesional superior al de hoy día,  con un nivel de vida y respeto que guarda gran distancia con el magisterio politizado y de baja autoestima de estos días. Los barrios magisteriales con viviendas de primer nivel, que aún pueden encontrase en provincias, son rezagos del aprecio que la sociedad tenía por sus docentes. El barrio Magisterial de Cusco es un buen ejemplo de ello.

 

Durante el primer gobierno de Belaúnde no se produjeron grandes mejoras en la educación en el Perú, más si se pudo observar el aumento de la politización hacia la izquierda de un sector del magisterio influido por las ideas de la revolución cubana en las universidades y colegios. Los últimos años del gobierno de Belaunde vieron el nacimiento de la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), de clara identificación izquierdista. El fin del gobierno de Belaunde fue marcado por el golpe del 3 de octubre de 1968, que instauró 12 años del Gobierno Militar. Velasco quiso hacer una reforma educativa basada en una formación crítica y humanista, con fuerte dosis de nacionalismo. En esa época se declaró el quechua como idioma oficial, y aún muchos recuerdan el slogan de “Tawa canal limamanta pacha”, con el que el canal cuatro iniciaba sus programas. Recuerdo también  los festivales folklóricos “Inkari” como resultado de  la acción del INC para impulsar la participación folklórica y cultural de las comunidades campesinas. El sueño del general Velasco de integrar al país con el Perú profundo desde la cúpula del Gobierno militar se vino abajo con las expropiaciones de tierras y de diarios que generaron una fuerte oposición tanto de sectores de los propietarios afectados por estas expropiaciones, como de sectores de la izquierda que tuvieron espacio para crecer y desarrollarse. Allí estaban las raíces de la futura izquierda violentista anti sistema que después se convertiría en Sendero Luminoso y el MRTA. El gobierno de Velasco fue derribado por el gobierno de Morales Bermúdez, quien desmanteló la mayoría de reformas que en Educación había impulsado Velasco, marcando otro borrón y cuenta nueva.

 

En el segundo Gobierno de Belaunde, que  marcó el retorno a la democracia, se implementó un programa de obras públicas, construyéndose un gran número de escuelas. Es en esta época donde se promulga la “Ley del profesorado”, teniendo como criterios principales de evaluación de los profesores, y para promocionarlos, los años de servicio del profesorado, así como las capacitaciones o certificados que el profesor pudiera haber acumulado, sin tener en cuenta su desempeño en aula, ni sus conocimientos, ni su actualización. No obstante, la creciente crisis económica y la herencia de un estado elefantiásico heredado del gobierno militar, dificultaron en gran medida el impulso de la educación como motor de desarrollo.

 

Alan García inició su desastroso primer gobierno con una fuerte dosis populista. La ley del profesorado fue modificada para dar bonificaciones por diferentes conceptos a los maestros, pero sin el financiamiento necesario para hacerlas sostenibles, dando posteriormente dispositivos para no cumplir con lo ofrecido. El SUTEP se hace fuerte en el primer gobierno de García y se opuso a cualquier intento por evaluar a maestros. El Ministro de Educación de mayor recordación de la época fue Grover Pango Vildoso, quien tuvo como slogan “Educar para la paz”.

 

Es por esta época que la Derrama Magisterial, creada como  un fondo de ayuda mutua en donde se descontaba de manera obligatoria un porcentaje de sus sueldos a más de 260,000 docentes a nivel nacional, cae bajo el control del SUTEP. El contar con una gran cantidad de dinero fresco y poder para impulsar actividades políticas, potenció las actividades del grupo maoísta Patria Roja, que llegó a tener parlamentarios y una fuerte actividad política en el país.  También aparecieron otros grupos aún más extremistas, como Puka Llacta, y finalmente Sendero Luminoso quienes más adelante intentaron tomar el Sutep a través de organizaciones como el Sutep Democrático y el Conaresute, ligado al Movadef.

 

El advenimiento de Fujimori se caracterizó por una masiva construcción de Colegios, muy cuestionados más adelante por indicios de corrupción propios de la época. Los padres de familia eran los que denunciaban que los Colegios no duraban o presentaban fallas en su estructura y sus acabados. Curiosamente, en este periodo la acción del Sutep fue bastante tibia en su oposición al gobierno, y el deterioro de la educación continuó acentuándose. Es en esta época también que proliferan los Colegios “combi” de bajísima calidad, y sin embargo atractivos para un sector importante de los padres de familia, desilusionados por la educación pública. Prolifera también la apertura de una gran cantidad de Institutos Superiores Pedagógicos de dudosa calidad, que produjeron una generación de profesores mal preparados.

 

Toledo llegó con su oferta de duplicar los sueldos de los maestros, y de incrementar el porcentaje de PBI para educación, promesas que no se llegaron a concretar. No obstante, es justo reconocer que hubo una preocupación por las evaluaciones internacionales, pues es en su gobierno en donde por primera vez el Perú participa en la prueba PISA, con los resultados de último y penúltimo, a nivel mundial, en comprensión de lectura y matemática, lo cual al menos nos hizo reflexionar acerca de qué es lo que estábamos haciendo como país por la educación. Se tomaron medidas y se dio relativa estabilidad en las políticas del Ministerio de Educación, y se comenzó a pensar en un proyecto educativo para el 2021. Otra acertada medida fue el sostenimiento del Viceministerio de gestión pedagógica, que bajo la gestión de Idel Vexler duró más de 8 años durante los gobiernos de Toledo y el 2do gobierno de García. La oposición del Sutep a la meritocracia y la evaluación de los profesores, se acentuó en estos gobiernos, con las consabidas huelgas y sus nefastas consecuencias. La brecha educativa continuó acentuándose.

 

El segundo Gobierno de García tuvo el acierto de continuar con esa política educativa, teniendo como objetivo mejorar los resultados de la prueba PISA. El año 2009 hubo una mejora muy leve, pero en el gobierno de Humala volvimos a caer al sótano de la tabla, lo cual en gran medida, junto con otros desaciertos, propiciaron la salida de la Ministra Salas. Es en el segundo Gobierno de García que se publica el Diseño Curricular Nacional-DCN el año 2009, intentado sentar las bases de un currículo diversificado en el país, pero que, en su aplicación, la burocracia del ministerio lo volvió centralista. El espíritu constructivo del currículo fracasó, sobre todo en el interior del país, donde los profesores continuaron haciendo más de lo mismo, con mínimo control: pocas horas de estudio, huelgas, enseñanza centrada en la memorización y poco desarrollo de competencias. También se dieron grandes avances en la ley del profesorado y en una evaluación meritocrática, con escándalos tales como la venta de exámenes en las evaluaciones de docentes, que tuvieron que ser anuladas. El SUTEP, como siempre, se opuso a estas evaluaciones.

 

El gobierno de Humala, siguiendo con la tradición de los gobiernos de desandar lo andado y de inventar la pólvora, en lugar de continuar las políticas que habían funcionado, planteó innecesariamente la revisión de la ley y nuevas evaluaciones para el profesorado. El año 2012 tuvo como colofón que volvamos al sótano en las evaluaciones PISA, producto de estas marchas y contramarchas y el camino errático de sucesivos gobiernos en política educativa, teniendo al SUTEP como principal aliado para condenar a toda una generación de peruanos al fracaso.

 

P.M.- ¿Cuáles son los aciertos y desaciertos de la reforma educativa realizada por Velasco Alvarado?

 

J.C.D.-La propiedad social. Por ejemplo el Colegio de La Salle del Cusco, del cual soy ex alumno, encontró una fórmula para adecuarse al esquema de la propiedad social de Velasco: Se convirtió en Colegio Cooperativo con la ayuda de los padres de familia, y durante esos años exhibió en su escudo emblemático los dos arbolitos característicos de las cooperativas de ese entonces. Los padres de familia sabían y aceptaban que el control lo tenían los hermanos de la Salle, sin embargo  figuraban como cooperativistas y propietarios solidarios del Colegio. Al caer Velasco, el Colegio volvió a su esquema privado tradicional. Otro acierto fueron la creación de las ESEPS (Escuelas superiores de Educación profesional) antecesoras de los IST actuales. Pero este reconocimiento a la enseñanza técnica no fue suficiente, ya que, en los años de crisis posteriores, las calles de Lima se llenaron de taxistas que eran profesionales universitarios sin trabajo. Hoy día se reconoce un poco más el aporte de los conocimientos técnicos y existe conciencia acerca de la necesidad de contar con técnicos, sin embargo las universidades siguen produciendo un exceso de profesionales en áreas donde no se necesitan, con el riesgo de generar desocupación. Esto es consecuencia de una inadecuada planificación y comunicación entre estado y empresarios para producir profesionales en las áreas donde más se necesitan.

 

El espíritu de la reforma educativa de Velasco creo yo, era de avanzada para la época, conteniendo conceptos y acciones que están en boga hoy en día; por ejemplo, planteando  una Educación con Visión para despertar la creatividad, desarrollar el pensamiento crítico, la iniciativa, la investigación, la búsqueda de información, entre otros. Al mismo tiempo, la oficialización del idioma quechua fue un gran acierto. El impulso que se dio al conocimiento de este este idioma generó un sentimiento de identidad e importancia entre las comunidades de quechua hablantes, que de haber continuado pudo haber generado un saludable bilingüismo en varias regiones de nuestro país. En zonas urbanas de Lima se  criticó esta importancia al reconocimiento de la lengua Inca. Pero el reconocimiento de una lengua vernácula, más bien, debe generar identidad y orgullo, reconocimiento de un pasado cultural común como se aprecia en Paraguay, al tener un país bilingüe comunicándose en castellano y Guaraní, o en Cataluña en España, donde la población catalana habla catalán, y usa el español como segunda lengua.

 

Se dio asimismo énfasis en el respeto a aspectos lingüísticos y respeto a las culturas nativas, al impulsar la enseñanza en la lengua nativa de los niños en diferentes comunidades. Probablemente la reforma fracasó al haber sido emprendida desde la cúpula militar, sin un adecuado involucramiento y capacitación de la base social. La fuerte oposición de izquierda infiltrada en las fábricas, universidades y comunidades campesinas, así como la oposición de los propietarios de los medios de comunicación que habían sido expropiadas, jugó su papel para -una vez más- desandar lo andado. Las circunstancias de la caída de Velasco, probablemente contribuyeron al fin de un proyecto educativo que nunca llegó a cuajar.

 

 

P.M.- A tu juicio, cuál o cuáles son los problemas más serios: ¿los profesores?  ¿los directores? ¿el currículo? ¿la infraestructura? ¿la política? ¿la desnutrición?

 

Creo que es una combinación de todos esos factores y otros. El Perú es un país adolescente, como decía Luis Alberto Sánchez; con  poca visión de futuro y capacidad de articular un proyecto educativo nacional, no existe un patriotismo real que nos permita ponernos de acuerdo en lo fundamental. Otros factores son el SUTEP,  Sendero Luminoso, gobiernos incapaces de reconocer la importancia de la educación, realizando acciones efectistas de corto plazo, carencia de cuadros, incapacidad de ponerse de acuerdo, carencia de directores, deterioro de la carrera docente, pésima infraestructura, desnutrición sobre todo en zonas rurales, y encima los niños se intoxican con los programas de alimentación, cosa que ha ocurrido no solamente en el actual gobierno, por la ineptitud de los burócratas encargados. En fin, se puede hacer una larga lista, a la que se puede agregar la incapacidad para trasmitir a la población cuán importante es que nos embarquemos en una gran cruzada nacional por la educación que finalmente concluya en nuestro desarrollo como país. La ausencia de un liderazgo fuerte por la educación se deja sentir desde hace décadas, mientras tanto el país sigue cayendo por el despeñadero en materia de educación

 

 

P.M.- ¿Qué significa el SUTEP (Sindicato único de trabajadores de la educación Peruana) para la calidad de la educación peruana?

 

El SUTEP se fundó en 1972 en el Cuzco. Desde su fundación tomó una orientación radical con Patria Roja, el partido liderado por Rolando Breña Pantoja, quienes más adelante tomaron control de la Derrama Magisterial para financiar sus actividades.

 

Su oposición a los intentos de mejorar la educación peruana mediante la evaluación del desempeño del maestro en aula, ha sido permanente durante los últimos treinta años. Las huelgas prolongadas impulsadas por el sindicato, deterioraron la calidad de los servicios, algunas de ellas tivieron una duración de varios meses a lo largo de los años, mientras sus directivos seguían cobrando su licencia sindical, es decir prácticamente no trabajaron en colegios, dedicándose a tiempo completo a la labor política, con viajes al extranjero incluidos. No obstante, es  interesante notar que durante la dictadura de Fujimori, es donde el SUTEP casi no hace huelgas. En un mundo donde uno de los factores que inciden en el aprendizaje es el tiempo que los estudiantes permanecen en las aulas, las huelgas del SUTEP han contribuido a formar una generación de peruanos que no han recibido la escolaridad necesaria, ni los conocimientos, ni capacidades ni competencias que les permitan insertarse exitosamente en la sociedad donde les tocará vivir,  que impulse el desarrollo del país. El SUTEP es directamente uno de los principales responsables del calamitoso estado de la educación en el Perú.

 

 

P.M.- ¿Por qué el profesional de la educación en el Perú ha perdido prestigio y status?

 

Como lo mencioné anteriormente, los profesores peruanos han perdido prestigio, estatus, ingresos económicos y han visto mermada su autoestima de manera paulatina en los últimos 30 años. Creo que el problema del SUTEP ha incidido en este proceso, pues los sucesivos gobiernos intentaron combatir al sindicato con una drástica reducción de sueldos relativos. Toledo intentó paliar en algo esta situación con la oferta del duplicar los sueldos de los maestros durante su periodo, promesa incumplida a pesar de los esfuerzos realizados. Lo cierto es que la profesión docente se encuentra hoy en el sótano de la tabla de prestigio social y aceptación profesional, además que muchos profesores han sido mal formados por la política de apertura de Institutos superiores pedagógicos sin un mínimo de calidad, que proliferaron durante el gobierno de Fujimori. El profesor peruano ha devenido en un profesional de segundo orden y la mayoría de jóvenes que  postulan a las facultades de educación, probablemente lo hacen porque no alcanzaron vacante en otra especialidad.  Ningún gobierno después del de Odria se preocupó por darle un status profesional adecuado al docente. Diversas investigaciones aseguran que el elemento central de calidad educativa para lograr mejores aprendizajes en las escuelas, es el docente. Es el profesor de aula el que va a generar aprendizajes, capacidades y competencias en los estudiantes lo cual finalmente va a generar desarrollo en un país. El segundo factor de calidad es el director, que resulta fundamental para dar un buen servicio. Un buen director marca la diferencia para asegurar calidad

 

P.M.- ¿La educación privada es sinónimo de calidad educativa?

 

No. Gracias a la facilidad para otorga licencias de apertura y de funcionamiento de colegios en los últimos gobiernos, podemos observar muchos colegios de dudosa calidad, que funcionan en casas y sin ningún control, sin profesores capacitados y sin ningún indicador de calidad.  Como este tipo de colegios “Combi” ya tienen licencias de funcionamiento expedidas sobre todo durante el gobierno de Fujimori por las  municipalidades, cuentan también con  autorizaciones de funcionamiento otorgadas por las UGELES, muchas veces por funcionarios corruptos, lo cual degeneró en una cultura “chicha” en educación. El Ministerio de Educación está tratando de paliar la situación a través de órganos de acreditación de calidad como el IPEBA, lo cual considero acertado, pues los colegios deben reunir un mínimo de condiciones de calidad para su funcionamiento. Lo que ocurre es que muchas veces los padres de familia optan por estos colegios, porque por lo menos les aseguran la función de vigilancia y custodia de sus hijos, y los prefieren ante el riesgo de paros y huelgas promovidas por el SUTEP en el sector público. Un padre prefiere pagar y asegurar que su hijo vaya a un colegio “chicha”- sin querer ser despectivo con la noble bebida andina-que enviarlo a una institución pública, con el consabido riesgo de pérdida de meses de escolaridad en que su hijo va a estar en la casa sin hacer nada, o en la calle integrando pandillas,  dificultando las ocupaciones laborales de los padres. Un dato adicional es que en Lima, prácticamente la mitad de los estudiantes asisten a colegios privados, algo inédito en nuestro país en donde la mayoría de los estudiantes asistía en el pasado a instituciones públicas, lo cual no hace más que corroborar el descrédito que la educación pública ha ganado a lo largo de los años y que se evidencia en los desastrosos resultados en las evaluaciones internacionales. El decrecimiento de la matrícula pública a nivel nacional es constante, generando preocupación en las autoridades del Ministerio.

 

 

P.M.-  ¿Por qué la educación en zonas rurales sigue siendo tan poco atendida?

 

Si comparamos los resultados de las mediciones internacionales como PISA y las evaluaciones censales en las áreas de matemática y comunicación en los estudiantes del 2do grado, existe una brecha entre los colegios públicos y privados, a favor de estos últimos. La brecha se agranda más cuando comparamos los resultados de aprendizajes de los estudiantes en zonas rurales. Creo que el abandono del campo es secular. A ello se debe la fuerte migración del campo a la ciudad, que ha traído como resultado el crecimiento desordenado y tugurizado de las principales ciudades del país. El gobierno que más se preocupó por generar una equidad y preocupación por las zonas rurales, fue el gobierno de Velasco por su tinte nacionalista e inclusivo. El actual gobierno de Humala hace esfuerzos por incorporarlas  y dar mejores servicios en alimentación y educación, con iniciativas tipo beca 18 y el programa para incorporar colegios públicos al Bachillerato Internacional, siguiendo el ejemplo de Ecuador que ha logrado acreditar más de 200 colegios públicos para que ofrezcan los programas con estándares internacionales del Bachillerato Internacional. No obstante, creo que el atraso y la brecha educativa son tan grandes que se necesita invertir tiempo y recursos para que esta brecha se pueda acortar. El actual Ministro de educación ha anunciado que se invertirá el 6% del PBI en educación en los próximos años, es de desear que esta oferta, que también fue anunciada por gobiernos anteriores, se cumpla y no se siga mirando a la educación como el patito feo del desarrollo del país, a pesar de que todos proclaman que la educación es crucial para nuestro desarrollo. Es como un coro desafinado en el que todos levantan la voz y proclaman estar de acuerdo en esta premisa, pero el producto no llega a cuajar. Demasiada teorización y poca acción. Mucho más cuando se trata de zonas rurales postergadas, por ejemplo el último lugar en los resultados de la evaluación censal del año pasado lo tiene Loreto, con niveles bajísimos de comprensión lectora y resolución de problemas matemáticos.

 

P.M.- Parecería obvia la pregunta, pero, ¿cuál es el rol de la escuela en el desarrollo económico del país?

 

Fundamental. Ejemplos en la historia los tenemos y muchos. El resurgimiento de Alemania y el Japón como países con economía destruida luego de la segunda guerra mundial, tuvo como uno de sus pilares la formación y educación de cuadros que pudieran hacer renacer sus países. Estados Unidos se nutre de la inteligencia del mundo para mantener su rol de potencia hegemónica manteniendo uno de los mejores sistemas universitarios del mundo, si no el mejor. Ahora bien, las recetas sobre qué hacer, no pueden ser las mismas en cada país. Por ejemplo Finlandia, Singapur y Hong Kong pueden obtener resultados similares en las evaluaciones PISA, sin embargo sus sistemas educativos y las estrategias que utilizan son totalmente diferentes, y probablemente no podrían ser replicadas en otros países. Un sistema como el Hong-Kong, con  50 horas de clase la semana, estudio en casa, tareas, evaluaciones continuas y mucho control, no podría ser replicado en Finlandia con muchas menos horas de escolaridad, mucha libertad en el trabajo docente y libertad curricular donde el alumno aprende de manera personalizada. No obstante, ambos países obtienen resultados similares. Esto me lleva a pensar que en un país plurilingüe y multicultural como el Perú, las recetas por región y por ciudad deben ser diferentes, y dependen en gran medida de una sinergia y consenso que las diversas comunidades del país deben alcanzar, para ponerse de acuerdo y conseguir buenos resultados. Los enormes esfuerzos que el Ministerio de Educación realiza para generar un currículo único, evaluaciones estandarizadas y una sola manera de lograr resultados educativos, pueden caer en saco roto si no se considera la diversidad de las más de 80,000 escuelas públicas que existen en el país. Es muy complicado uniformizar y estandarizar la diversidad. Los esfuerzos deberían concentrase en generar conciencia acerca de la importancia de la educación entre autoridades, padres, comunidades, así como en proporcionar recursos y capacitación  de calidad, y diferenciada, a los colegios y docentes, mas no en uniformizar. Tenemos resultados muy buenos por ejemplo en los colegios de Fe y Alegría, los colegios del Bachillerato Internacional y en cadenas de colegios privados como Innova y Pamer que están haciendo grandes esfuerzos por reinventarse y cambiar, para ofrecer una educación de calidad. Algunas regiones como Moquegua han logrado generar consensos entre autoridades regionales, profesores y padres de familia para ponerse de acuerdo y mejorar la educación aprovechando los recursos del canon, y los beneficios están a la vista pues Moquegua ha logrado los mejores resultados a nivel nacional en Matemáticas y comprensión lectora. Ese modelo podría ser replicado en el Cusco, invirtiendo adecuadamente los recursos del canon minero, pero para que esto ocurra es necesario llegar a puntos de acuerdo entre la sociedad, educadores y autoridades regionales. La generación de conciencia y el otorgar recursos para apoyar iniciativas diferenciadas, pueden marcar la pauta. Ojala algún día podamos, junto con el Cienciano del Cusco, ser campeones sudamericanos. “Sí se puede” mejorar la educación en el Perú.

 

 

 

 

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