Cristina-portadaUn merecido reconocimiento

En el marco del Noveno Encuentro de Derechos Humanos: Para recordar, dedicado a la Educación y la Memoria, organizado por el Instituto de Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú,

se rindió homenaje a las instituciones educativas “destacadas en la promoción y defensa de los valores democráticos y derechos humanos en nuestro país”. La asociación Pukllasunchis de Cusco fue reconocida junto con  Fe y Alegría del Perú y la Red Enseña Perú.

Este es un premio más para la sobresaliente labor de Cristina Appenzeller, quien en esta entrevista comparte con los lectores de Valicha, no solo la propuesta educativa de la Asociación Pukllasunchis, sino también su filosofía de vida.

 

 

Entrevista de Patricia Marín

 

 

Patricia Marín: ¿Cuándo llegaste al Cusco?


Cristina Appenzeller: Llegué en Agosto de 1978. Después de tres meses de aprender castellano en Oaxaca, México, me vine aquí por un año. Y desde entonces ya han pasado 35.

M.P. ¿Qué te hizo decidir quedarte en el Cusco?

 

C.A. Estuve  un año en Lima, trabajando en un hogar transitorio, fue una experiencia muy buena, pero para mí no era muy atractivo quedarme en Lima, porque  no soy una mujer de ciudad. Para mi es muy importante estar cerca al campo. Me gusta caminar mucho, subo a los ApuCristina_con_Salomn_3s, por tanto no me gusta mucho la ciudad.  Lo que me gustó  del Cusco es que tiene todas las ventajas de ciudad, pero en 10 ó 15 minutos estás en el campo, y eso es maravilloso. Por otro lado tienes mucha riqueza cultural, arqueológica, natural. Estás cerca de la selva. El Perú en sí me fascina, porque tiene una diversidad en todo sentido. La gente me dice: “seguro que has viajado por América Látina” pero yo no viajo mucho porque tengo tanto que ver en el Perú, que aún no conozco, y yo estoy feliz en el Perú.

P.M. ¿Cómo fue tu contacto con la realidad más concreta del Cusco?


C.A. Generalmente trato de no esperar nada, de no tener conceptos preconcebidos. De no tener expectativas y observar y disfrutar lo que la vida me regala. Igual fue cuando vine, a los 21 años, aquí al Perú: no tenía ni idea de qué cosa me esperaba. He conocido todas las realidades, las diferencias sociales, la alta sociedad de Lima, el Cono Norte y  los hospitales con los chicos del hogar. Y eso fue fascinante para mí. Cuando llegué al Cusco,  primero fue  por tres semanas, de vacaciones; pero  ya conocía a personas de Lima que se habían mudado  al Cusco  para  vivir, y eso fue lo bueno, porque no llegué a un hostal, sino adonde  una familia que hacía trabajo social alfabetizando a mujeres en barrios populares.  Así se dieron los contactos y la posibilidad de crear jardines para niños en estos barrios del Cusco, y me gustó ese trabajo.

P.M. ¿Qué formación tienes?


C.A. Soy profesora de primaria.


P.M. Entonces, ya sabías cual era tu vocación.


C. A. Mi vocación sí, porque siempre  me gustó el trabajo con los niños.  En mi primera llegada al Cusco, las mujeres, cuando se enteraron de que era profesora, me dijeron que no tenían jardines infantiles para sus hijos. En esa época, no existían jardines infantiles en los barrios populares, solo había algunos en el centro de la ciudad.

P.M. ¿En qué zona comenzaste?


C.A. En Huancaro, en Barrio de Dios, que era un pueblo joven. Allí tenían un Salón Comunal, y me dijeron que querían un jardín. Me pareció una oportunidad interesante, así que acepté. Y en lugar de tres semanas me quedé cuatro meses  trabajando con ellos. Entonces decidí regresar a Suiza por cinco meses, juntar dinero y regresar al Cusco. Eso hice, y luego los barrios vecinos se enteraron, y nos pidieron jardines, después nos convocó la Municipalidad del Cusco para el Jardín Municipal, el Mercado de Ttio, la Cárcel de mujeres (cuando  aún estaba en Belén), y así  fueron  los primeros 6 a 7 años.  Cada año creábamos un jardín, lo construíamos y luego lo transferíamos al Estado.

P.M. ¿Cómo surge la idea de Pukllasunchis?


C.A. Nosotros dijimos, el problema de la educación no es la infraestructura, eso se  puede construir, lo más importante es el contenido. Así surgió la idea de un centro educativo piloto, primero de nivel inicial.  Empezamos en 1988, hace 25 años,  con el Jardín infantil Pukllasunchis, y al año, ya los padres no querían llevar a sus hijos a otro centro educativo para estudiar la primaria, y bueno, hicimos la primaria. Al final de la primaria, tampoco querían llevar a sus hijos a otro colegio, y seguimos con la secundaría. Y en realidad todo en mi vida ha sido así. Yo inicio algo, y después   la vida me va enseñando por donde tengo que ir.  Pero no soy una persona que le gusta trabajar sola, me gusta trabajar en equipo, porque todo es más enriquecedor.

P.M. ¿Con qué tipo de gente?


Cristina_-festejosC.A. Me relacioné más con la gente que se interesaba por el trabajo social, pero nunca pertenecí a ningún partido político. Esa gente podía estar vinculada a la Izquierda  Unida (o más o menos unida), que eran los que hacían un trabajo más social, pero no necesariamente. Yo buscaba a aquellos que no eran conformistas, que no pretendían sacar provecho y explotar a otros, que estuviera comprometida con la justicia social, que buscaran aminorar la discriminación y dar mayores oportunidades. Eso es lo que buscábamos en nuestro campo, que es la educación. Ahora el nuevo proyecto de Pukllasunchis, es hacer un Instituto Superior Pedagógico, intercultural. Allí nosotros vamos a plantear desde el inicio la relación de la educación  con las prácticas, porque el ser humano, al fin y al cabo, lo que realmente aprende, es lo que experimenta.

P.M ¿Qué entiendes por interculturalidad?


C.A. Prefiero el concepto de diversidad. Nosotros en Pukllasunchis trabajamos respondiendo a la diversidad. La humanidad es diversa, cada ser humano es distinto, tiene su propio talento, su propia personalidad, pero al mismo tiempo todos estamos interrelacionados. Entonces, para mí, interculturalidad, o diversidad es eso, dar oportunidades  para que cada ser humano y cada cultura puedan desarrollarse. No hay una cultura que sea mejor que otra, no hay una cultura que sea más evolucionada que otra.

P.M. ¿Y todo eso, cómo se pone en práctica en la escuela?


C.A. Nosotros ya tenemos más de 700 alumnos que han egresado de nuestro colegio, y cuando entrevistamos a centros de estudio  o centros de trabajo, la gente siempre nos dice que se nota las actitudes más humanas de un chico que ha pasado por Pukllasunchis. También la independencia, la auto-disciplina, la responsabilidad, la responsabilidad social. Justamente por eso, tú no puedes trabajar solo intelectualmente los contenidos,  tienes que hacerlo en la práctica, en la vida cotidiana. Es en la convivencia donde uno aprende y enseña la diversidad y la interculturalidad. Entonces a partir de las situaciones de la clase, de las situaciones y problemas  que pueden surgir en el colegio, tú trabajas. Nosotros tenemos un currículum, y nos basamos en el currículum oficial, porque también tenemos que cumplir con eso, pero luego lo más importante es lo que surge cada día en las situaciones educativas, como por ejemplo la discriminación a los que padecen el síndrome de Down o a los que hablan mal. Los valores  que imperan en cada sociedad no son valores naturales, sino son creados por ella, por ejemplo discriminando. Entonces tenemos que cambiar nuestros valores  y nuestros referentes. Paro lo que, primero que nada, hay que crear una sana autoestima en todo niño.

P.M. ¿Y eso cómo lo logran?


C.A. Valorando a cada chico.  Nosotros reconocemos a cada  chico, estudiamos su  historia personal, familiar y lo valoramos como es. Nosotros no tenemos como valor el elitismo o la competitividad. Consideramos que cada ser en este mundo tiene un lugar, y cuando está en su lugar, en su camino, no tiene que competir con nadie, por eso no fomentamos la competencia en nuestro colegio.

P.M. ¿Y cómo los estimulan?


C.A. Cuando el niño hace lo que le gusta hacer tú no tienes que estimularlo. El niño por naturaleza es curioso y abierto para aprender, él quiere descubrir. Por tanto no es conveniente estimular con competencia, porque justamente allí dices, este es mejor y este es  peor, cuando la realidad es que todos somos diferentes y somos mejores en lo que somos.

P.M. ¿Cómo manejan en el colegio en tema de la religión?


C.A. No enseñamos ninguna religión. Para nosotros la formación en valores  como la  autoestima,  solidaridad, respeto, la  ética, etc., es la base de todas las religiones, y luego cada chico, cada ser humano, cada familia, escoge si quiere pertenecer a una religión o no. Por eso en Pukllsunchis tenemos ateos, católicos, evangélicos, hare-krishnas, budistas, tenemos de todo. Y eso es el mundo. Nosotros siempre tuvimos muy claro, desde el inicio, que lo más importante era no uniformizar, en ningún sentido, pues todos somos diferentes. Es como la huella digital, tú no encuentras dos huellas digitales iguales, y como manifestación externa de estos compromisos, en Cusco, nosotros somos el único colegio que no tiene uniforme.


P.M. Sin embargo, tiene que haber orden, disciplina, límites.


C.A. Claro, hay normas en el colegio, que todos los chicos conocen y que aprenden a respetar. Tiene que ver con valores como respetarse mutuamente, ser solidario, el trabajo colectivo, respetar a la naturaleza, ese es un eje muy importante, pues ellos tienen su huerto, aprenden a cultivar, a cuidar a los animales menores, a cuidar a la naturaleza en la cual ellos viven, y que es nuestro sustento. Todos estos valores son nuestras reglas.

 


P.M. ¿Con relación a la lectura cuál es vuestra posición?


C.A. Este es un eje muy importante. Los chicos todos los días tienen espacios de lectura por placer, y se les estimula desde chiquitos el contacto con el libro,  ya sea mediante los cuentos de manera oral, o al aprender a leer y escribir. Luego tenemos lecturas colectivas, donde es el profesor que lee algún libro, para que ellos también aprendan a escuchar. Los chicos no tienen que comprar libros, pues nosotros, con un fondo que separamos de las pensiones, compramos libros nuevos, tienen textos escolares, y ellos pueden prestarse libros y luego de leerlos los devuelven. Facilitamos el acceso a la lectura.

 


P.M. ¿Cómo es la participación de los padres de familia? ¿Es obligatoria?


C.A. Es básico para nosotros trabajar conjuntamente con las familias. La educación la hacen colegio y familias juntos. Muchas veces los padres quieren delegar esta responsabilidad en el colegio, y eso se nota cada vez más. El colegio tiene 25 años, y al inicio la participación era realmente masiva, 80-90% de los padres estaban en las asambleas y  participaban incluso en la concepción de la propuesta educativa, aportaban, participaban en las faenas, etc. etc.  Ahora, si hay un 40% tenemos que estar felices.

 

Los padres están cada vez más ocupados en sus actividades económicas, para ver cómo pueden sobrevivir.

 


P.M. ¿Ahora más que antes?


C.A.Un factor que influye mucho es la actuación de INDECOPI, que ha sacado unas leyes por las que el colegio no puede presionar a los papás. Al inicio, como dije, tampoco nosotros necesitábamos presionar a los papás, era un proyecto chiquito, de 60 niños, eran cuarenta familias, y había más dinamismo, más interés. Ahora son más de 500 familias, más 750 alumnos, no es igual. Eso lo sabemos. Pero por otro lado, una de las reglas del colegio es que los padres de familia tienen que participar, y de alguna manera podías presionar un poco, y decir que si no participaban, tenían que pensar si tenían que cambiar de colegio a sus hijos,  pues la regla para que estén en Pukllasuchis es la participación en la educación de sus hijos, y cosas así. Para el INDECOPI, todas estas propuestas  son “hostigamiento” y te ponen multas. Nosotros hemos recibido multas que van desde los 3,500 soles a 7,000 soles. Una fue porque en una oportunidad decidimos, junto con todos los padres de familia, sobre la posibilidad de conseguir un seguro facultativo (porque son como el 40% que no tienen ningún seguro de salud), y para facilitar la cosa a los padres y al seguro, acordamos poner el monto del seguro en la pensión, para luego pagar nosotros al seguro, y eso era totalmente voluntario, sin embargo, vino  INDECOPI y nos dijo que habíamos obligado a los padres de familia a optar por un seguro. Nos pusieron una multa de 3,500 soles, hemos apelado hasta Lima. Imposible.  Tuvimos que pagar, castigados debido a esa supuesta “defensa del consumidor”.

P.M. Cusco ha cambiado mucho, y al parecer habría una mejor situación económica. ¿Eso se refleja en el colegio?


C.A. Sí.  De alguna manera se puede decir que el turismo es un factor importante en la ciudad, pero también hay mucha competencia, uno ve que se ha incrementado la oferta de hoteles y de servicios de élite, pero ese dinero no se queda en el Cusco; y luego uno ve un montón de empresas chiquitas  o vendedores de artesanía, donde hay mucha competencia y las ganancias son muy pocas, y solo alcanza para poder tener el pan del día.

 


P.M. Hablando de  economía ¿con que percepción económica salen los chicos del colegio? ¿Quieren ir a la universidad?


C.A. Sí, debido a que hay mucha presión de la sociedad, de los padres de familia, y  los mismos chicos quieren ir a la universidad. Más o menos un 70% de los chicos, sean de sectores populares o medios van a la universidad. Ya sea a la San Antonio Abad o a la Andina, pero también hay chicos van a la Argentina, Bolivia y otros lugares de Latinoamérica. Las profesiones más optadas son en el sector turismo. Luego ciencias sociales y artes, ya sea música, escultura, pintura, etc.

 


P.M. ¿Y la relación con el campo? ¿Hay alumnos que quieran estudiar carreras relacionadas con campo?


C.A. Todavía es la minoría, porque incluso, muy pocos optan por la carrera de educación. La mayoría prefiere Turismo, Antropología, Arqueología,  más o  menos todas estas profesiones que tienen que ver con el Cusco y el turismo. Los que se han inclinado por la historia han estudiado en Lima, en la Católica, en San Marcos. Y luego, también hay un buen porcentaje que opta por Administración de Empresas, y en menor medida todo lo que son formaciones técnicas.  También hay un porcentaje más o menos significativo que estudia para ser chef, cocina o  pastelería.

 


P.M. ¿Los jóvenes tienen más deseos de irse al extranjero?


C.A. Hay muchos chicos que buscan como sea la oportunidad de salir, aunque sea a países más vecinos, como dije, a estudiar en Argentina, en Bolivia, y algunos han ido a Cuba.  Tenemos algunas familias que son matrimonios mixtos, padre o madre de Francia, Inglaterra, o qué se yo, entonces consiguen a familiares y salen. Eso es una tendencia general, hace 30 años no se viajaba tanto como ahora, que hay una interculturalidad a nivel mundial.


P.M. Ahora hay 28 vuelos diarios al Cusco


C.A. Claro, antes había dos.

 


P.M. ¿Cómo ha influido eso en padre e hijos?


C.A. En general es positivo, porque te da experiencias de vida, te fomenta la independencia, la libertad, porque todavía las familias tienen lazos muy fuertes de dependencia. Aun cuando esto tiene también sus ventajas, como en toda familia latina,  hay mucho cariño, mucha preocupación de atenderte, de protegerte, pero al mismo tiempo existe el otro lado, la sobreprotección, el cortarte las alas, eso también está cambiando.

 


P.M. ¿La sexualidad, cómo la encaminan, hay  embarazos adolescentes?


C.A. En todo el Cusco no sé, pero en el colegio recuerdo que habrán sido uno o dos, a lo largo de los 25 años. Lo cual no es significativo, y no es un tema en particular. Lo que sí hacemos en secundaria es hablar abiertamente sobre la sexualidad, explicar, dar información. Los padres de familia están de acuerdo con que se hable abiertamente. Es un tema que es parte de todo el proceso educativo.  Lo mismo que las drogas,  que también hemos tenido un solo caso,  el de una chica que quebrantó una regla que es estricta para nosotros: el alumno o alumna que lleva drogas al colegio, al día siguiente está afuera. De todas maneras, se habló con los profesores, con los compañeros de clase, el tercero de secundaria, y con los padres de familia, y se les dijo a los padres que se llevaran a la chica. La llevaron a Tacna, estuvo un año con la abuela, al final del año escribió una carta, donde nos decía que había reflexionado, que entendía que estaba mal lo que había hecho, y que ella quería terminar con su promoción. Nuevamente se consultó con los profesores, con los alumnos, los padres de familia,  regresó la chica y terminó muy bien su quinto de secundaria. Por tanto hay reglas que sí se tienen que cumplir, pero también se da la oportunidad de que reflexione  y que recapacite.

 


P.M. ¿En el colegio, uno de los problemas más serios son las mensualidades, las pensiones como se les llamaban? ¿Lo sigue siendo?


C.A. Ahora es peor, también debido a la intervención de INDECOPI. Primero, se supone que el país está mucho mejor, pero esto es para un porcentaje mínimo  y para ciudades de la costa. En el Cusco, sentimos que el sector medio se ha pauperizado. En el colegio  tenemos familias de diferentes sectores sociales,  y por tanto escalas desde  10 soles (porque siempre es importante cobrar algo y no regalar porque el asistencialismo es fatal) hasta 400 soles. Si todos pagasen unos 300 soles, el colegio se autofinanciaría, y por eso la idea era que el que podía pagar 400 soles subvencionaba con 100 a otro chico. Pero cada vez hay menos que pueden pagar eso.  Por  otro lado, por causa de las leyes de INDECOPI, pasamos meses de mucha preocupación, pues antes nosotros podíamos cobrar en febrero, y a principios de marzo, siempre el mes por adelantado. Ahora no es así,  tienes que dar el servicio por marzo y puedes cobrar el primero o dos de abril. Una vez matriculado el chico, es más difícil hacer alguna presión. Antes, uno podía decir al final del trimestre que no dábamos las notas a los chicos, si los padres no habían cumplido con el pago de las mensualidades. Ahora, si haces eso, te caen multas hasta de 3,500 soles, lo cual es fatal. Por ejemplo, los colegios no podemos cobrar a los padres por adelantado, pero sí en julio tenemos que pagar a los empleados la gratificación por adelantado, el 15 de julio, pues si no te multan. Es muy difícil, muy difícil.

 


P.M. ¿Cuál es el perfil de un profesor de Pukllasunchis?


C.A.
Tiene que coincidir con todos los valores humanos que tú esperas formar en el niño. Todos esos valores humanos de los que hemos hablado, el profesor los tiene vivir en su vida, porque tú no puedes enseñar o dar lo que no eres. Es un profesor con un perfil alto, si eres un profesor de Pukllasunchis tienes que ser consecuente con los valores que proponemos. Tienes que ser una persona íntegra, ética y moralmente. Pero además tienes que ser una persona creativa, propositiva, crítica, en el sentido de no aceptar todas las convenciones sociales, que se han instalado a través de generaciones. Tienes que establecer una relación horizontal con los chicos, tienes que ser consciente que tú no eres el profe que sabe todo y que enseñas, sino que en la convivencia  todos enseñamos y todos aprendemos. Tienes que desarrollar la enseñanza a partir de los conocimientos que traen los chicos, tienes que estar abierto a trabajar en equipo, no individualmente, tienes que hacer propuestas y no solamente repetir. Aunque haya una propuesta educativa, tienes la obligación, a partir de ésa base,  de crear cosas nuevas, y también estar dispuesto a ganar un sueldo que no es la última maravilla…


P.M. Es decir tienes que tener pasión y vocación por la docencia.


C.A. Así es. Y no es nada fácil encontrar eso. Es un trabajo vocacional. Tienes que optar por este trabajo porque te gusta. Tener  pasión por los chicos, por la profesión. Algunos de nuestros   profesores, a veces pasan noches en vela, porque están preocupados por cada uno de sus alumnos, porque muchas veces los papás no atienden realmente a las necesidades de sus hijos.


P.M. No obstante, hay buenos padres.


C. A. Aun así, el padre generalmente quiere que los hijos se desarrollen según sus conceptos. Y siempre está latente esa expresión: “quiero que sea algo mejor que yo”. O sea, que tenga más currículum, que sea un mejor doctor, etc. Pero siempre termina siendo una aspiración elitista, de estatus, más que de valores humanos.
En Puckllasunchis tenemos un programa que es muy importante para nosotros, que está dirigido a jóvenes, entre 15 y 20 años, que está dedicado a todo lo que son actividades de tiempo libre, actividades artísticas, recreativas, y también tiene actividades de acompañamiento personal, orientación grupal, incluso con padres de familia para los que quieran, y para eso tenemos una casa de jóvenes, que se llama Sipaswayna, y todo es extraescolar, justamente para ofrecer a los chichos alternativas que no sean solamente el trago o la computadora.

 


P.M. Tu siempre hablas de nosotros ¿Quiénes son ese “nosotros”?


C.A. Pukllasunchis no sería lo que es si no fuera un trabajo de equipo. Los primeros dos años trabajé sola. Después trabajé con profesores del Cusco. Luego, cuando comenzamos con el colegio, ya el equipo requería ser un poco más grande, y  busqué  profesores en Lima, pues quería a profesores que hubieran trabajado en colegios alternativos. En el Cusco, no podía encontrar profesionales con ésa experiencia, porque simplemente no había ese tipo de colegios, y además porque eran formados por el sistema educativo, que era muy tradicional. Porque si tú solamente aprendes a repetir, es muy difícil que de la noche a la mañana seas creativo. Y contratamos a Maya, a Cecilia, a Raúl, que dinamizaron el trabajo y aportaron su experiencia. Y ahora somos más de 130 personas trabajando en Pukllasunchis.

P.M. ¿Pero el proyecto Pukllasunchis no se reduce al colegio, verdad?


C.A. Tenemos el colegio, que es el proyecto más grande; otro proyecto importante es el de radio,  mediante el que producimos, con y para niños, programas de 10 a 15 minutos, sobre las experiencias de vida de los chicos en el campo y las zonas urbano-marginales de la ciudad. Son programas interculturales, en quechua y en castellano, y parten de la experiencia y la realidad de los chicos. Nos cuentan su vida y su cosmovisión. A partir de esa experiencia los adultos también quisieron contar sus experiencias, y hacen su programa Coñicoñicha. Entonces es una recuperación de la memoria cultural histórica, tanto con los niños, como con los adultos. Es un intercambio, y además es un material para la educación intercultural por excelencia, porque esos programas se emiten en radios locales y regionales, en horario escolar. El profesor escucha esos programas y a partir de ellos puede desarrollar las clases.

P.M ¿Y con respecto a la capacitación de los docentes?


C.A. Desde 1990 desarrollamos diferentes programas de capacitación docente, para profesores en servicio. A partir 2009, estamos  desarrollando diplomados, incluso con universidades como la Ruiz de Montoya por ejemplo, que dan la certificación. Son diplomados de un año, con tres espacios intensivos, de diez días cada uno, y luego lectura, seguimiento, etc.

Aparte del centro educativo, el otro pie va a ser ahora el Instituto Superior Pedagógico. Con tantos años de experiencia en capacitación pedagógica, vemos que es muy difícil que los profesores  cambien, porque cuando estás en servicio, cuando ya has aprendido, es muy difícil que cambies. Siempre hemos sostenido, que el Estado, y las otras instancias, deben invertir  en una excelente formación docente. Desde el año 2000, queríamos crear un Instituto docente, pero ya no habían licencias, porque el Estado dice que hay demasiados profesores, y muchos institutos, por tanto no más licencias. Pero el año pasado, hemos podido comprar una licencia, y le hemos cambiado la denominación, la dirección, es decir todo, y ahora es  el Instituto Superior Pukllasunchis.

P.M. Hablando sobre los profesores y su formación, no puedo dejar de abordar el tema del SUTEP,  ¿qué opinión tienes al respecto? ¿Existe una luz al final del túnel?


C.A. Yo creo que el Estado tiene que invertir fuertemente en una buena formación. Si tú tienes autodisciplina, si tienes formados los valores humanos, ya no necesitas leyes. En última instancia, utópicamente, sabes cuál es tu deber y hasta dónde llegan tus derechos. Y allí te organizas creativamente en tu capacidad de aporte, y no solamente para reclamar que te aumenten el sueldo. Al fin y al cabo todo está en la adquisición de una conciencia real.

P.M. Prácticamente te conozco desde que llegaste al Cusco, los años 80. Entontes, eras una mujer muy apasionada, activa, estabas en permanente batalla. Hoy te veo igual de activa, pero con una serenidad envidiable. ¿Cómo ha sido tu proceso?


C.A. Para mí ha sido muy importante  el autoconocimiento, por eso insisto mucho en ello, porque para algunas personas puede parecer individualista. Cuando tú estás abierto, la vida te muestra por dónde vas. Entonces cuando eres joven, sientes que la vida es una lucha, pero ahora tengo el convencimiento de que todo lo que es resistencia, todo lo que es conflicto, todo lo que es lucha, crea más conflicto, aunque luches por la paz, estás creando conflicto. En ese sentido, puedo decir que yo soy más bien de la línea pacifista. Pero una posición pacifista consciente, es mucho más revolucionaria, y mucho más efectiva para crear la paz, que una lucha para crear la paz, que una lucha contra la violencia. Yo no lucho contra la violencia.  He aprendido en la vida, y por las personas que he  conocido y de las que he podido aprender, que cuanto tú tienes un conflicto interno, te violentas y no te respetas a ti mismo. Y la vida te pone, como espejos, personas que son violentas, que son irresponsables, y te agreden. Cuando tú eres agredida la respuesta no es agredir al otro, responder luchando; es, amarte a ti  mismo, respetarte a ti mismo, valorarte a ti mismo, por eso insisto en la importancia de la autoestima. Cuando internamente estás en equilibrio, te valoras, te respetas, la vida no tiene por qué mandarte un espejo que te violente.


P.M. Pero no solamente ha cambiado tu actitud frente a la vida, sino también tu estilo de vida: hoy es muy parco.

C.A. Sí, porque no es necesario lo externo. Todo eso tiene que ver con la coherencia. A mí no me gusta dar discursos, y luego vivir lo contrario. Porque para empezar te crea un conflicto interno. En cambio, cada día trato de ser más coherente, vivir lo que pienso, expresar lo que vivo. Para mí es una verdad,  y no espero que sea la tuya. Por ejemplo yo soy naturista, no por moda,  ni por pose, ¡sino porque me hace bien! Pero sé que cada cuerpo es distinto, pero yo no puedo luchar para que todos sean vegetarianos. Insisto, los seres humanos  no somos iguales. Lo que sí pienso, es que una persona que vive coherentemente ya no tiene que hablar, porque es, y en esa medida, su vida es un ejemplo de lo que es. Entonces enseñas con tu ejemplo. Y eso es lo que yo trato de hacer en mi vida, y lo hago porque me hace bien, me siento bien y me siento feliz.

Nosotros en Pukllasunchis, desde el inicio, pusimos como el principio más importante, que los chicos sean felices, y el indicador mayor de un éxito en el proceso educativo, es que el chico sea feliz. Cuando es feliz está haciendo lo que le gusta hacer. Cuando te gusta hacer una cosa, la haces bien. Entonces, yo soy feliz en mi vida, no necesito  ganar adeptos, no necesito defender mi posición, soy como soy, y no necesito que me reconozcan. Por eso hablo de “nosotros”, porque yo sé que un solo ser humano no puede hacer nada. Somos un colectivo y todos estamos interrelacionados, tenemos que trabajar juntos; sin embargo, no pretendo que lo que yo hago, lo hagas tú también, porque no es necesario. Lo que yo hago será complementado por lo que tú y los demás hacen, en una creación colectiva.

P.M. Tu relación con la naturaleza también es muy especial. Cuándo dices “mis Apus”, ¿a qué te refieres?


C.A. Las montañas, toda la naturaleza, es una sola energía.  Por ejemplo  hasta los 26, 27 años, yo era atea total. Ahora, sigo sin ser creyente, pero tengo la certeza de que existe una energía universal. No la llamo “dios”, porque cuando hablas de dios, normalmente separas, uno que está arriba y  lo demás que están abajo. No. Es una sola energía. Para mí no hay materia inerte, seres vivientes y seres no vivientes, todo es una sola energía y son expresiones de una sola energía sagrada cósmica; por eso nosotros no somos más, ni menos, que un árbol o un Apu.  Lo que es un poco difícil de vencer en la cultura Andina, y también en la religión católica, es esa actitud de sumisión y de miedo. Para mí, lo contrario al amor, es el miedo; y el miedo es generador de todo lo malo. Una persona que tiene miedo, es capaz de todo, crea conflicto, y es capaz de ir hasta la guerra.


P.M. Uno suma miedo y baja  autoestima y crea una bomba.


C. A. Así es, y por eso la educación debe apuntar principalmente a generar valores más que conocimientos.  Los conocimientos los chicos los pueden encontrar en Google, ¿para qué machacarloscristina-en_miraflores entonces? Puede resultar un obstáculo para la mente. El pensamiento tiene su lugar y tiene su función, que nosotros hemos mal utilizado.

Al final, la última y única pregunta esta esa: ¿”Quien soy”? Y para eso no necesitas acumular conocimientos, sobre todo cuando muchos son mentira o son provisionales. Y por nuestra visión limitada, pensamos que somos lo máximo en este planeta que es un grano de arena, ni siquiera eso, un polvo insignificante, en toda la inmensidad. Aunque también es necesario el error. Porque los aprendizajes tienen que ser vividos y llorados. Así, relativizas tu circunstancia, tratas de trascender las limitaciones de tiempo y espacio, de las tres dimensiones, y alcanzas una dimensión totalmente diferente. Eso yo lo aprendí sobre todo con la meditación. Es como una pulga que ve un elefante, ve solo una pata, o partecita de la pata, pero no ve todo; nosotros somos así, no vemos la inmensidad del universo, pero sin embargo sacamos conclusiones. Cuando cobras conciencia de todo eso, llegas al equilibrio y la paz interna: nada es urgente, nada es tremendo y entras en la ecuanimidad, que es fabulosa y agradeces nomás a la vida por todas las oportunidades.

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