Fredy-1Fredy Puma: ¡tan joven y tan sabio!

"La carrera de  Viticultura y Enología  es muy costosa,  en el Perú   ninguna universidad  las dicta.

Hay que viajar a Chile o Argentina que son los más cercanos y de habla  hispana".

Entrevista de Patricia Marín

 

¿Cuándo y porqué saliste de tu tierra  en el Valle de La Convención? ¿Cuántos años tienes?

Bueno,  yo tengo una humilde casa de mis padres en  Huayopata Chonta, e hice mi primaria en la escuela estatal de Huayopata. Pero tuvimos que ir  al Cusco, al pueblo donde nació mi padre (distrito de Chinchaypucyo, en la provincia de Anta), porque le detectaron  cáncer. Nos fue mal y nos quedamos  sin dinero;  yo ya tenía 13 años.  Culminé la secundaria en Chinchaypucyo y,  terminado el año académico, decidí salir a buscar trabajo porque  el gasto  de la enfermedad de mi padre era  fuerte. Ahora tengo 26 años, nací el 14 de junio  de 1986.

 

¿Recuerdas tu primer trabajo?

Fue en una  heladería en el distrito de Izcuchaca , en Anta,  donde  dijeron que me pagarían  6 soles   diarios,  que  nunca me pagaron;  trabajé un mes y  decidí retirarme. Y viaje hacia  Arequipa,  donde estaba mi hermano mayor, trabajando para pagar el gasto de las quimioterapias y las radioterapias que le aplicaban a mi padre.

 

¿Cómo y cuándo decidiste trabajar en la agricultura de  la costa y especialmente en el desarrollo la industria pisquera?

Seguí viajando hasta el valle de Majes,  Corire,  Aplao,  provincia de Castilla  en Arequipa, y  es allí donde  comienzo  a trabajar en el campo;   tenía  17 años,  y  mi trabajo era recoger higos que caían de las higueras, luego llevarlos  al techo de la casa para que se  sequen y  pasen al  almacenaje. En eso era muy rápido   y cosechaba  más de lo que la gente normal hacía.

El propietario se llamaba Alejandro Zúñiga.  Tenía un viñedo  que  se llamaba  Viñas del Ocho y la bodega  “Majes Tradición” que hacía un pisco  muy bien vendido en Arequipa. El señor  Marco Zúñiga, hijo del propietario,   fue  quien  me  motivó  a estudiar Agronomía en Arequipa y me apoyó en todo lo necesario. Culminados  los estudios, yo ya era un experto  en viticultura y  destilación, ya que todo el tiempo  pasaba  en el campo y en la bodega  como practicante.

Entonces, Marco  me consigue una beca para Ica, el centro del pisco. Fui a estudiar a una bodega del estado  que se llama Centro de innovación tecnológica de la vid y el pisco. Llegué a Ica y me interné un año en ese Centro, donde  me perfeccioné en la destilación y el manejo de viñedos.

Terminado  el tiempo de mi beca,  decidí regresar a Arequipa,  pero ahí  la  situación  de trabajo  no  estaba  bien  en la bodega  donde me inicie, y en un dial ogo amical  decidí aceptar el trabajo en la bodega el SARCAY de Azpitia, en el valle de Mala,  provincia de Cañete.

A unos pocos meses de estar allí,  me di cuenta de que   me faltaba aprender más del  manejo de campo, y decidí ingresar al internado  en Valle Grande.  Tras alternar 15 días de internado y 15 días de trabajo durante tres años, logré concluir con una beca para Chile.

Luego de terminar la especialización en viticultura y enología en Chile,  regresé a Perú  a seguir trabajando para la bodega el SARCAY de Azpitia

 

¿Cual es específicamente tu trabajo en la producción de Pisco?

Me encargo de  cultivar  la vid, ya que  el 60 % de la calidad de un vino o pisco lo da el viñedo, y los otros 40% los  ponemos en bodega. La trasformación de uva  en vino o pisco se llama enología, y  yo  me encargo de  ver las dos áreas. Produzco mis uvas y luego las transformo en piscos.

 

 

¿Qué etapa de la producción  es la que más cuidado requiere?

En el campo, es el control de enfermedades para que la fruta  salga lo más sana fredy-3posible, y  en bodega el control de la fermentación y la destilación del pisco.

 

¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?

Que  mi entorno laboral me aprecia, soy muy querido por la gente  en todos los trabajos que  he tenido, y  mis jefes  siempre me han apoyado en mi superación profesional y personal.

Además soy un apasionado del campo y los piscos, disfruto estar en el campo cuidando  mis  viñedos, logrando los mejores frutos, y luego llevarlos a la bodega y transformarlos en pisco. Es mi vida,  paso todos los días  en lo mismo.

 

¿Qué reconocimientos has recibido sobre tu trabajo?

Gracias  a Dios,  en todos los trabajos que he tenido siempre  me he ganado el cariño  y la confianza de mis jefes, y ellos me han premiado  con los financiamientos  a mis estudios que son caros. La carrera de  Viticultura y Enología  es muy costosa,  ya que en el Perú   ninguna universidad  las dicta. Hay que viajar a Chile o Argentina que son los más cercanos y de habla  hispana.

Por otro lado, hemos   ganado  con nuestros productos  más de 30 medallas de oro en concursos internacionales, nacionales y regionales del pisco y  otras 40 medallas más de plata y bronce, y todo esto en solo 6 años.

 

¿Qué se debe hacer, desde tu punto de vista, para que los jóvenes tengan más oportunidades de trabajo?

Oportunidades de trabajo  existen. El problema es que la mayorí

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a de los jóvenes  sale del colegio y quiere trabajar y ganar plata muy rápido; se dedican a la construcción  o cualquier otro trabajo, y al final  se casan y toda la vida   viven de  eso.  Lo que  debe hacerse  es que  en los colegios  se motive  a los alumnos  a seguir estudiando. Si no se tiene los medios,   hay que buscarlos  pero  el alumno debe estar motivado y debe  salir del colegio teniendo bien claro lo que  va  hacer, trabajar sí,  pero al mismo tiempo estudiar. Es muy duro,  yo lo sé.  Trabajar y estudiar  a la vez  es un doble esfuerzo, porque tienes  que dejar de hacer muchas cosas  que a un joven le gusta. Lo normal es que  tus padres paguen tus estudios  y tú te dediques a estudiar, pero eso  casi  en provincias no se puede, y debes trabajar  y pagar los estudios a la vez, y eso es  sacrificio.

 

¿Cual crees que es el peor problema del Valle de la Convención?

Es la agricultura de sobrevivencia. Todos  trabajan en sus terrenos agrícolas  un montón de   cultivos, y así cosechan  cada semana  un poco de plátano, otro poco de  naranja, otro de coca,   otro poquito de achiote  y al final el café.

Recuerdo que  mi madre  salía  al pueblo con un poco de café,   a vender para  la semana. Todas las  madres  de  Huyro  salen al mercado con algo del  campo para poder vender  y luego comprar un kilo de arroz,  azúcar,  sal y papa. Eso es la agricultura   de  sobrevivencia. Mientras no se organicen mejor,  siempre se van  a vivir así.

Hay que dedicarse a  cultivar solo uno o dos cultivos,  pero  en volúmenes grandes, para poder  llegar al mercado nacional o  exportarlo. Cuando sacas un poquito de algún cultivo, te pagan   poquito. Aquí en la costa ocurre lo mismo, llega el comprador,  te  paga por kilo de uva 60 ó 70 céntimos, y en el mercado lo vende a  3 y 4 soles. Quien mata a los agricultores,  son los mismos  comerciantes.

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 ¿Te gustaría regresar a tu tierra?

Es mi sueño.  Pero debo  hacer algo,  tengo un terreno de 8 hectáreas en Chonta Mocco,  que no  tiene   riego y hay que esperar  las lluvias para regar. Pero si algún día   se hace un canal de riego  por encima de mi terreno,   sí me arriesgaría a  volver y  cultivar  productos interesantes.

Además estaría  cerca  a mi madre,  que  la veo solo  cada dos años,  y  ella  sufre  como toda madre. Pero ya falta poco; tengo  grandes proyectos,   que los estoy  manejando poco a poco. Los  grandes negocios  demoran  en  encaminarse. Voy con paciencia.

 

¿Y en el Cusco, cuál es el problema y qué debería mejorar?

También la  agricultura, que igual carece de canales de riego  y no hay nada tecnificado.

 

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