Dr. Manuel Jesús Aparicio Vega.


Santurantikuy


Dr. Manuel Jesús Aparicio Vega

Historiador

Tomado de Selecciones Turísticas No.3

Revista edita por Jorge A. Gutiérrez Zambrano


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Niño de la Espina

Autor:Oscar RAvelo Follana

La sociedad Inca que había generado una rica tradición de fiestas multitudinarias de carácter religioso-agrícola; al ser catequizada por los españoles, primero observó las fiestas religiosas impuestas por el mundo occidental, como público pasivo meramente espectador, y luego poco a poco se fue integrando como actor participante, hasta llegar a generar sus propias fiestas, andinizando las importadas e hispanizando las de la rica cultura nativa, especialmente las danzas del folklore incaico; incluso llegó a crear danzas para satirizar al español como la Siglia, para ridiculizar al escribano, temible explotador del indio.


Algunas fiestas incaicas llegaron a coincidir en las fechas de su realización, con las fiestas del calendario católico, como anotó Luis. Valcárcel: “sus grandes fiestas eran cuatro: la primera cuando aparecía en el cielo la constelación de Oncoy o Choquechinchay (las cabrillas); las segunda, entre mayo y junio, correspondiendo al Corpus: la tercera en noviembre y diciembre que coincidía con la Navidad; y por último, la cuarta que venía a caer por el mismo tiempo de la Semana Santa”


En la Navidad Cristiana, que se celebra el nacimiento del Niño Jesús, las hagiografía católica representa como imagen central la Sagrada Familia conformada por el Niño, la Virgen María y San José.


Parece que la costumbre de “armar” los “nacimientos” “pesebre” “belenes” o “portales” la inició San Francisco de Asís en 1223 (2) para lo que había hecho esculpir en miniatura las imágenes de la sagrada familia, los Magos y la flora y la fauna de Belén.

Toda esa iconografía católica al ser traída por la antigua capital del Tahuantinsuyo, se cusqueñizó, así el Niño Jesús recibió el nombre de Niño Manuelito.


Iconográficamente el primer rey mago es Melchor (Melkon) de raza blanca, que reinaba a los persas y es representado montado sobre un caballo y llevó como presente al Niño Dios mirra (por tratarse de Jesús hecho hombre); el segundo Gaspar, montado en un camello, representaba a la india y llevaba como presente incienso (por que Jesús es Dios) y el tercero Baltasar, negro, rey de los árabes, montado en un elefante y llevó de obsequio Oro (porque Jesús es Rey de Reyes).


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Arcángel Arcabusero

Autora: Martha Olazo

En opinión de Teresa Gisbert al trasladar toda esa iconografía navideña a América, en estas latitudes sufrieron cambios, así en lugar de Gaspar se representó al Rey Inca, de esa suerte “quedan los nativos de América incluidos en la manifestación de Cristo a los gentiles. Es obvio decir que el Rey Inca está sustituyendo a Gaspar, el Rey de piel cobriza en la tradición cristiana y procedente de la India. Melchor persiste como rey blanco y Baltasar como Rey Negro, quedando así integrados las tres razas que pueblan América”.


Como es sabido en el campo pictórico, surgió en el Cusco y con mucho éxito la Escuela Cusqueña de Pintura, con características propias y excelentes pintores nativos y mestizos, basta citar como ejemplo a Diego Quispe tito, autor de un “Sagrada Familia” que se exhibe en el convento de Santo Domingo; también en escultura hubo algo así como una escuela de escultura cusqueña, con técnicas propias, al respecto Gisbert dice;”en la escultura virreinal debemos considerar dos modalidades: la primera totalmente derivada de España, consistente en la Talla a gubia sobre maderas duras, siendo la más empleada el cedro. La Segunda modalidad muestra influencia indígena y antecedentes precolombinos, se trata de la Escultura de Maguey y la tela. La técnica del Maguey consiste en el devastado de los troncos de esta planta y su posterior tratamiento con la tela encolada”. Fue esta técnica la que emplearon los ingeneros cusqueños en la hagiografía navideña.


Motivado por este tipo de escultura, nació en el Cusco el denominado Arte Popular Navideño, para representar a la Sagrada Familia, lo reyes magos y toda la “juguetería” de la Epifanía. Toda esa imaginería se vendía en el Cusco en la feria-exposición del Santurantikuy.


Aún no hemos encontrado la información precisa del primer SanturantiKuy del Cusco, que sin duda es la ápoca colonial; esta fiesta es tan cusqueña como el Cruz Velacuy, el Lunes Santo o el Corpus cusqueño. El dato más antiguo que mencionan varios autores, es el que anota el Presbítero José María Blanco (1835) en su monografía del Cusco, publicada con el título de Diario de Viaje del Presidente Orbegoso al Sur del Perú. Blanco dice: “En la Pascua de Navidad formaban sus nacimientos en casi todas las casas, comprando el día de la noche buena, de las gradas de la catedral los pastores y figuras de pasta que en ese día venden con mucha baratura los oficiales que los trabajan, los que desde la mañana cubren con ellos de un extremo a otro.


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Las Máscaras

Autores: José Antonio y Nicomedes Yábar Díaz

Aquí también compran las pajas para cubrir el portal, las champas que las venden al medio y el Urco Urco, que son unos nacimientos, con el esmero y la exquisitez más originales.


Los artistas populares exponen y venden una enorme variedad de imaginería: los niños manuelitos, reyes magos, pesebres, pastores, músicos animalitos, Etc, Etc; hay artesanías hechas en maguey, carrizos, palitos de fósforo, semillas, cestería, hojalatería, hermosas ramas labradas por la naturaleza en figura de cubos.


Los que tienen proporciones hacen que los sacerdotes canten delante de los nacimientos la salve que lo entonan con música, brindándoles después buenos refrescos, dulces y chocolates; y los que no las tienen, se contentan con rezarla”


El Santurantikuy (compra de santos) tiene una fecha inamovible: 24 de diciembre, un escenario irremplazable: la Plaza de Armas o Plaza Mayor y unos permanentes actores: por un lado los ingeniosos artistas populares del Cusco, que ofertan sus más talentosas creaciones navideñas y por otro lado el pueblo del Cusco través de todas sus clases sociales, que repleta la gigantesca plaza de armas, para adquirir lo que su economía le permita a fin de “armar” con ello el nacimiento de su hogar. En navidad en la mayoría de los templos y en casi todas las familias del Cusco se “arman” sus platerías, tallado piedra, madera, cuero, etc. cerámica en frío; miniaturas hechas con plumas, huesos. Vestimenta para el niño, la Virgen, San José.


También se ofertan plantas y yerbas navideñas: musgos, salvajina, paja brava, macetitas rústicas con el trigo que recién comienza a crecer y una gran variedad de plantas nativas como el Achancaray (Begonia boliviensis) y las infaltables n”champas” que observó José María Blanco.


Al parecer en la época colonial se vendían en el Santurantikuy los famosos retablos , baúles o cajones navideños.

Entre los mejores nacimientos que quedan en el Cusco, son dignos de mencionar, los pertenecientes a las familias: Pinelo, Justiniani, Perez, González, Nishiyama, Núñez del Prado.


Cuando languidecía y estuvo a punto de desaparecer el Santurantikuy, el Instituto Americano de Arte, que fundó en la Ciudad del Cusco el Dr. Uriel García, el 5 de octubre de 1937, se propuso como una de sus primeras tareas cusqueñistas, rescatar esa bella manifestación del pueblo cusqueño y con ése propósito convocó a los dos meses de creación al Primer Concurso de Artes Plásticas populares en la Feria del Santurantikuy del 24 de diciembre de 1937; desde entonces y hasta nuestros días, permanente premia las mejores artesanías y las adquiere, con lo que ha formado el famoso Museo de Arte Popular del Cusco, que al decir de los especialistas, es único en su género en el Perú.


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Caneños

Autora: Maximiliana de Sierra

Aunque en los últimos tiempos ya no se exhiben los famosos “Sinsi Martín” 0 “Thinti Martín”, “los viejos tembleques” , los “kara-capas”, las bellas muñequitas dormilonas o “puñoq” y tantas obras, ha surgido otra generación de artistas a cual más ingeniosos que ofertan en el Santurantikuy. Muchos de esos artesanos han sido declarados Maestros de la Artesanía.


El Instituto Americano de Arte infaltablemente les brinda su auspicio oportuno, desinteresado y generoso, incluso varios d ellos han sido incorporados como miembros de la institución.


De la enorme lista de artesanos, mencionemos a algunos prestigiosos nombres: Los hermanos Santiago y Abraham Rojas paucartambinos de nacimiento; Jesús Latorre, Raymundo Núñez, Braulio Mejía, Los Miranda, los Béjar, los Villalobos, Arango, Manga, etc.


En las últimas décadas han logrado fama local y nacional: los Mendivil, su esposa Georgina y sus hijos, autores de la imaginería de cuello largo); Antonio Olave, autor de los niños Manuelitos; Edilberto Mérida, autor de las “figuras grotescas”; la muñequería de Herminia Palma de Murillo y sus descendientes; las famosas muñecas de Maxi Palomino de Sierra; la hojalatería de los García, además de los renombrados: Follana, Saloma, Tupa, Negrón que constantemente van adornando los nacimientos del Cusco y de los principales museos del Perú y del extranjero,


La ciudad del Cusco cuenta con el tradicional barrio de san Blas, convertido en el prestigioso barrio de los artistas.


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