Por supuesto que no solo los cusqueños, sino todos los amantes de la naturaleza, habrán sentido un estremecimiento al ver cómo el cemento está cubriendo el Valle Sagrado de los Incas. Sin el menor remordimiento, el alcalde de Chinchero está haciendo su plaza de armas:
¿quién lo asesora?, ¿no existen especialistas en paisajismo y diseño de jardines?, ¿acaso el Consejo de Chinchero no podía hacer el esfuerzo de invitar a un concurso público internacional para hacer un espacio público que enriquezca su entorno, lo luzca y lo preserve y no colocar sin más reparo toneladas de cemento? Seguro que los arquitectos cusqueños han estudiado las características de las construcciones que subsisten en este hermoso valle desde tiempo inmemorial; ¿acaso no guardan estas un equilibrio entre naturaleza y piedra, entre las necesidades del ser humano y sus recursos naturales? ¿Dónde está el Colegio de arquitectos?
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