Machu Picchu: un proyecto estatal tardío para ampliar la frontera agrícola y rendir culto a la Pachamama y al dios del agua.

 

 

Entrevista de Patricia Marín

 

Patricia Marín: ¿Desde qué perspectiva ha estudiado Ud. el Santuario Histórico de Machu Picchu?

 

Federico Kauffmann. Desde el punto de vista combinado de la arqueología, que es el pilar de mi formación; la historia, que mi maravilloso profesor Raúl Porras Barrenechea me instó a estudiar; y la etnografía. Las primeras dos ciencias han sido una herramienta que me ha ayudado a comprender muchos aspectos de nuestro pasado ancestral; la tercera, a sumergirme en lo actual y vivo, que, sin embargo -a través de las tradiciones orales-, me ha vinculado a una antigüedad aun anterior al incario. Por ejemplo, ha sido un placer para mí, desde hace más de 20 años y grabadora en mano, estar en la puna, en un caserío donde había solo dos casitas, y convivir allí ocho días con la gente. Mi quechua no es muy bueno, y como además éste varía un poco de región en región, siempre he recurrido a un acompañante que me pudiera hacer entender perfectamente a mis interlocutores. Así he grabado cientos de horas de conversaciones, en las que esa gente me ha referido incontables tradiciones.

 

P. M. ¿Qué ha encontrado con esas herramientas?

 

F.K. Por ejemplo, que en nuestros caseríos de las punas, no te hablan de sol como divinidad, sino

Fotografía de Patricia Marín

del Apu. El sol está dentro del día, es el Punchao. Es al Apu a quien se le ofrenda coquita y trago para solicitarle bienestar personal, pero sobre todo para que no se produzcan esas anomalías climáticas que nosotros conocemos como El Niño, porque estas atentan contra la vida misma. Cuando se producen lluvias torrenciales como las que hemos tenido ahora en la costa norte; pero también en la sierra, donde los campos bellamente cultivados desaparecen de un momento a otro arrasados por las llocllas (esa es la palabra que se usaba y no huayco). O en su defecto, suceden sequías que también son mortales. Y luego de escuchar tantas evidencias, he comprendido que esas eran las razones fundamentales por las que se adoraba a los Apus.

 

P.M. Es decir el Apu es la divinidad principal. ¿Quién es el Apu? ¿Cómo lo describen?

 

F.K. Hasta donde he podido entender, es una divinidad invisible, y según ellos, tiene rostro y anatomía humana. Pero esta es una divinidad maligna, demoniaca. Es una creencia antiquísima, que data desde Chavín. Porque en cuanto al clima, no ha cambiado nuestro país en últimos cinco mil años, siempre ha habido estos embates climáticos. Por eso en Chavín, y en otros sitios grandiosos como templos, ¿a quién se adora? Al dios del agua, y allí están las piedras trabajadas representando a un dios demoniaco. Esto no es solo incaico, pues viene de una tradición antiquísima. Un dios que siempre está dispuesto a castigar a la humanidad. En particular a estas personas que viven aisladas y pobremente en la puna. Pues cuando hay sequía los pastos se secan y los animalitos mueren. No se puede cultivar ni alimentarse. Y ese es su gran problema: sobrevivir en esos lugares tan agrestes. Así que para el peruano antiguo y para el de los anexos y caseríos de las punas actuales, éste ha sido el problema de siempre.

 

P.M. ¿Solo las condiciones climáticas o también la escasez de suelos apropiados?

 

F.K. Si bien nos han dicho en el colegio que el Perú es inmensamente grande (y lo es, es seis u ocho veces más grande que Suiza), el problema es que las tierras no son aptas para el cultivo, tanto en la costa (muchos arenales), como en la propia sierra (valles muy angostos). Y eso está comprobado, pues de lo contrario, los incas no hubieran hecho andenerías majestuosas (que cuestan un trabajo infernal) en vallecitos angostos, desde que en el Perú se hace agricultura, lo cual data de hace tres mil años por lo menos, y con una tasa demográfica cada vez más ascendente. La agricultura era la respuesta a toda esa gente que requería alimentación. Y cuando el vallecito ya no podía abastecer a esa población en crecimiento, se veían otras formas de solucionar este gran problema de estado, y se pensaron en acueductos y otras obras de ingeniería que no hubieran existido si hubieran abundado terrenos más o menos llanos y parejos aptos para la agricultura convencional.

 

P.M. ¿Entonces el clima y la falta de terreno adecuado para la agricultura nos hacen surgir como civilización?

 

Fotografía de Patricia Marín

F.K. Así es. Ése fue el acicate para que nuestra civilización surgiera. Cuando no hay problemas que resolver, el hombre vive feliz, está en el paraíso terrenal que no es otro que la selva, que es el 60% del territorio nacional. Hasta hace 50 años atrás, vivían 300,00 personas, dispersas, en pequeñas familias o macro familias junto a un riachuelo, o gran río, donde pescaban, y las tortugas estaban a la mano y también otros animales de caza.   No tenían que enfrentarse ni a los pumas, ni a los otorongos; y las mujercitas, que siempre son más trabajadoras, se ocupaban de plantar la yuca, que es muy sencillo: se abre un hueco y allí se coloca la raíz y crece. No se necesitaba una agricultura superior. Y con la yuca hacían su masato, su harina y disfrutaban de la vida. Para mi ése es el paraíso terrenal. Los hombres se tienden en sus hamacas, descansan y las mujeres les ofrecen su masato, cantan, bailan y pueden estar horas agarrados de la mano. Por tanto, ellos no tuvieron la necesidad de crear algo más, pues la tierra les era pródiga, les ofrecía la comida.

 

Es por eso que nunca tuvieron construcciones ni lejanamente comparables con Machu Picchu o Wiñaywayna. Maravillosas construcciones que se hicieron, además, debido a un hondo espíritu religioso: para congraciarse con la Pachamama y el Apu, la divinidad que controla el agua, ambos íntimamente relacionados con la actividad agrícola. Por tanto, esas construcciones debían ser perfectas.

 

No es cuestión de mayor o menor inteligencia. Está comprobado por los antropólogos físicos, que estudian el cuerpo humano, que la capacidad craneana es la misma en todos los habitantes de la costa, la sierra o la selva. De hecho es la misma gente que en varias oleadas llegaron hace quince mil años a América, y que debido a diversos factores algunos se quedaron en la costa, otros en el ande, y otros llegaron a la selva. Claro, a través de los diez, quince mil años, debido cada quien a su entorno, algunas características faciales, pero mínimas, han variado; pero, la capacidad craneana, repito, es exactamente la misma. Pero esa gente, los selváticos, si hubieran tenido que luchar hace miles de años por lo primario, es decir la comida, hubieran podido desarrollarse como los otros, no lo hicieron porque no tuvieron la necesidad.

 

P.M. ¿Y por qué construir Machu Picchu en la ceja de selva?

 

Fotografía de Vera Tyuleneva

F.K. Yo la llamo Andes Amazónicos. Creo que se trató de un esfuerzo más por tener suficientecomida para los años aciagos que produce El Niño. Los incas pensaron en un proyecto estatal, un mandato, en base a la institución que eran los mitimaes, los Mitmacunas, cuya meta era lograr la ampliación de la frontera agrícola. Esa es mi posición. Ahora bien, yo mismo me puse a pensar que, para eso, bastaba con que se construyera unas cuantas barracas para los campesinos, y para el jefe un recinto un poco más bonito, pero no Machu Picchu, no Wiñayhuayña, no Choquekirao. ¿Por qué esas maravillas allí?

 

P.M. ¿Y cuál es su respuesta?

 

F.K. Religiosidad. Congraciarse, ser agradecido con la Pachamama, y lo que yo llamo el dios del agua, o la divinidad del agua, el Apu. De acuerdo a mis trabajos de investigación etnográfica, el Apu, está dentro del cerro, es el espíritu al que invocan. Pero en realidad, los grandes Apus son nevados porque, en el verano, de allí escurre el agua. Esos son los más venerados, porque de allí les viene el agua que alimenta a los ríos, y ellos lo sabían.

 

P.M. Aún existen los guardianes del hielo, que traen en su espalda el hielo para el Inca…

 

 

F.K. O para sus casas, como especie de devoción y ofrenda para que no falte el agua. Pero no es que haya nevados en todas partes, ni es fácil llegar a los que hay; por eso las festividades son anuales. Como en los pequeños pueblecitos de las punas, no pueden llegar tan lejos, si encuentran un cerrito, ése es el Apu al que ofrendan. Pero en el fondo es el agua. Lo demuestran los grandes Apus, y a esos se les ofrenda y se les conversa.

 

P.M. Entonces, su teoría sostiene que el gobierno inca se encontró con la disyuntiva de resolver un problema económico, común a todo su territorio, y deciden expandir la frontera agrícola hacia los andes amazónicos.

 

F.K. Pero no a la selva baja. Hay que tener en cuenta que Machu Picchu está a 2,600 metros sobre el nivel del mar; Choquekiraro está más o menos a la misma altura. O sea, como buenos andinos, no se arriesgan más, se quedan entre los dos y tres mil metros. Intipata está a tres mil metros, en la zona de los andes amazónicos, donde los aires calurosos y húmedos de la baja Amazonía, hacen que la selva trepe hasta los tres mil y más. Es verdad que con árboles cada vez más pequeños a medida que se acercan a la puna, y allí se dan el beso o el abrazo con el ichu.

Y en este proyecto incaico se combina la tecnología con la religión. Si quieren buenas cosechas, tienen que rendir culto a sus dioses: la Pachamana y el dios del Agua.

 

P.M. Y en Machu Picchu ¿cómo se evidencia la presencia del dios del agua?

 

F.K. Esa es una pregunta bastante difícil, porque Machu Picchu, está sobre una lomada, y no sobre un gran promontorio, en el sentido del Apu. El Apu, aquí, puede ser el Huayna Picchu, porque es lo

Fotografía de Vera Tyuleneva

más elevado. En fin, la única respuesta que tengo del por qué de esa maravilla, es que se hizo para ser un centro religioso-agrícola para todo el país.

 

En tiempos del advenimiento de los incas (con el mito de Manco Capac, etc.), las diferentes regiones lucharon unas contra otras por tener más territorio, por dominar al otro, que es una cosa animal, humana. Pero hay evidencia, en lo que se refiere a los incas, que ellos conquistan porque sienten que todos los demás grupos son hermanos, y hay que ayudarlos a sobrevivir. Los incas fueron muy inteligentes en el gobierno de sus territorios, y aplicaron a todos los pueblos incorporados -es decir, tanto en el Ecuador como en el noreste argentino- las mismas leyes y prácticas que en el Cusco.

 

Había que trabajar denodadamente, pues en el Perú antiguo no se podía ser haragán, justamente por los fenómenos atmosféricos; había que guardar pan para mayo. A lo largo de todos los caminos del gran Qhapaq Ñan, hay lo que se llaman tambos, y se dice que servían para alimentar a las tropas. También servían para eso, pero los tambos fundamentalmente han sido graneros para la población, donde se guardaba maíz seco, charqui, porque se tenía la política de guardar pan para mayo. Debían tener charqui para el mañana; y en los cronistas esto es muy claro: cuidado con que alguien tratara de robar en los tambos, es decir de esos graneros estatales.

 

El fenómeno de El Niño no se da necesariamente en todo el país. Este año, por ejemplo, lo hemos visto en la costa norte y también como sequía en el sur; pero en Ancash y en Cajamarca han estado tranquilos y contentos. Por tanto, si estuviéramos en el Incario, de los tambos de Ancash y Cajamarca hubieran mandado a lomo de llama, o a lomo de hombre, comida para el norte y para el sur.

 

Esa política estatal es algo que me maravilla. Esa capacidad de pensar no solo con prevención, sino con altruismo, pues no guardaban pan para mayo sólo para ellos, sino para quien lo necesitara. Trabajaban para ellos es cierto, pero habían administradores, los curacas, que sabían qué población había en cada territorio y qué cantidad de llamas debían enviar con alimento, y esto era un mandato, una política de estado. La gente común no era consciente de ello, y seguramente se quejaban por el impuesto que pagaban con su trabajo, pues si esa comunidad no cumplía con tal impuesto había sanciones. Por eso la gente tenía que trabajar denodadamente, y su cacique tenía que hacerlos trabajar, no solo para que el Inca comiera -lo que el Inca consumía era un pequeña fracción-, sino para el sostenimiento del pueblo en épocas donde las inclemencias de El Niño se presentaban. No era un gobierno acaparador, era un gobierno administrador, apuntaban cada familia, y cada familia producía. Y esto era lo admirable del gobierno Inca. Y lo digo con absoluta convicción de científico, no por patrioterismo.

 

P.M. Tampoco está de acuerdo con las teorías existentes sobre el Intiwatana…

 

Fotografía de Patricia Marín

F.K. Alrededor de él hay muchos mitos; se dice, por ejemplo, que es un reloj solar, donde no hay casi sol. Machu Picchu está en los andes amazónicos, con niebla la mayor parte del tiempo. Inti es sol; watana, es amarrar (viene de watay: amarrar con soga). En mis estudios etnográficos, vengo obteniendo testimonios que apuntan a lo mismo, que el Intiwatana significa amarrar al sol, pero no se dice para qué. Pero en tres testimonios específicos, me han explicado un mito muy largo, uno de cuyos aspectos (y cuando me acuerdo de esto me estremezco) dice: Los hombres antiguos encontraban las subsistencias con muchas dificultades, por el clima siempre variante y malvado. Trabajaban denodadamente desde antes del amanecer hasta bien entrada la noche, y era con muchas dificultades que lograban almacenar el fruto. Para ellos, pues, el día resultaba muy corto, así que cada día tenían que “amarrar al sol” -Intita catastu- con cintas coloridas, para poder terminar el trabajo. Sabían, de una forma mágica si se quiere, alargar el día. Y según el mito, eso lo hacían los antiguos, “porque ahora ya no podemos”.

 

P.M. Al margen de estos mitos recogidos a lo largo de su trabajo etnográfico, ¿qué otras evidencias más ha encontrado en las crónicas y otros testimonios que abonen a favor del Dios del Agua?

 

F.K. También había procesiones, como las hay hasta ahora, como respuesta a los problemas climáticos. Por ejemplo, las mujeres amarraban una llama a un árbol -eso está en Guamán Poma-, y junto a ella rezaban y lloraban, y hacían también que la llame llore, y todas clamaban por el agua. Las mujeres repetían a la divinidad que lo único que le pueden ofrecer son sus lágrimas a cambio de sus lluvias; es algo realmente estremecedor, pues son testimonios de todo lo que han tenido que luchar debido a los embates de la naturaleza.   Rafael Karsten, un sueco especialista en religiones que ha estudiado la religión incaica, dice que el pueblo más religiosos del mundo ha sido el de los antiguos peruanos, pero no llega a explicar el por qué; y para mí la respuesta es simple, porque había que clamar (pues construir los acueductos y los andenes no era suficiente) para que los efectos climáticos no los golpearan, y a ese dios se le reverenciaba y se le daba todo tributo posible para que fuera benigno con el pueblo: llamas, coca, todo. Porque era considerado un dios demoniaco, que se ablandaba solo con las ofrendas y el respeto que se le mostraba. Cuando la lluvia no llegaba a tiempo, la gente de ésa época pensaba inmediatamente que estaba enojado, y le tributaban tres llamas, pero no llegaba la lluvia, y decían es poco, no se ha contentado; démosle cinco más, y así sucesivamente, hasta que finalmente cambiaba el clima. Y para ellos, si llegaba la lluvia era porque la divinidad se había contentado gracias a sus ofrendas.

 

P.M. ¿Por qué cree Ud. que se abandona Machu Picchu?

 

F.K. Pienso que Machu Picchu fue un proyecto estatal tardío, que se inicia con grandes bríos, y que estaba pensado para ser construido quizás en 500 años, pero es interrumpido con la llegada de los españoles, y el proyecto muere, porque la gente se desbanda, todo es un caos. La gente que trabajaba allí, o simplemente lo abandonó, o se rebelaron ante el caos, pues eran mitimaes. Cual habría sido la razón, pero lo cierto es que lo abandonaron. Los documentos que tenemos de 1680, 1740, hablan ya de Choquekirao, por ejemplo, y   son referencias de pequeñas expediciones que van a buscar oro, y dicen que lo encuentran todo despoblado, y también hay referencias de otras ciudades donde tampoco vive gente. Ya en siglo XX llegan Bingham y otros cusqueños que se atrevieron a entrar, y no encuentran nada. Bingham encuentra a dos familias, que trabajaban en los andenes, pero estos en general estaban completamente abandonados, exactamente desde que llegaron los españoles, que es cuando este proyecto estatal se viene abajo, y como todo proyecto estatal se desbarata con el caos originado por un problema político. En 1536, Maco Inca, toma posesión de esa región, para que no lo pudieran perseguir fácilmente los españoles: la región de Vilcabamba, donde está Machu Picchu, Wiñayhuayna, Vitcos. En Machu Picchu no hay nada colonial, todo es incaico, no hay un solo vestigio de presencia española. Quizás Machu Picchu no les era estratégico a los incas, pero Choquekirao sí, pues está cerca al río Apurímac, y era el camino por donde se iba a Ayacucho, y luego a Lima, y por allí pasaban los españoles, y allí es donde los incas aprovechaban y les asaltaban. Es en Vilcabamba donde se sostienen casi durante cuarenta años… Pero también se habla de una ciudad de Vilcabanba, que hasta ahora la están buscando. Puede ser que la hayan construido en ésa época, pero no tenían necesidad, ellos ya tenían ciudades por todos lados. Vitcos es una maravilla, y los últimos acontecimientos, de incas contra los vilcabambinos, se dan en Vitcos, y es allí también donde Túpac Amaru sale despavorido para librarse de ser capturado, porque los españoles llegaban con toda su fuerza. Allí tuvo su aposento, y los andenes les servirían quizás para su alimento, pero ya no era el proyecto estatal que se quería que fuese.

 

P.M. En cuanto a la divinidad de la lluvia y el agua, esta al parecer no fue inca únicamente…

 

 
Fotografía de Guillermo Guevara Y.

F.K. Efectivamente. También en esa época comienzan a poblarse los andes amazónicos norteños, donde habitan los Chachapoyas, y los señores Chachapoyas no bajan más allá de los 2000 msnm. En esas zonas también está la presencia del dios del agua, y está figurado, pues los Chachapoyas adornaban sus recintos con zigzags y rombos, y estos no son otra cosa que zigzags arriba y abajo, y he llegado a la conclusión de que el zigzag es el signo del rayo, con el que representaban a los otros fenómenos que vienen con la lluvia, el relámpago, anunciador de la lluvia, y el rayo. Ambos están unidos al dios del agua, es así como por lo menos lo representaban en el pasado. Por otro lado, pensar que Sacsayhuaman era una fortaleza, es una simpleza. Que en determinado momento fuera usado como fortaleza, es otra cosa; pero en realidad fue el gran templo del rayo, de la divinidad del agua.

 

P.M. Entonces el sol pasa a segundo plano y es más bien el agua el gran dios del que todo depende.

 

F.K. Y esto es antiquísimo, viene desde Chavín. Como dije, nuestro país no ha cambiado en los últimos cinco mil años y siempre ha habido estos embates del clima. Por eso Chavín y otros sitios grandiosos como templos, ¿a quién estaban dedicados?   Para mí, al dios del agua, y allí están las piedras trabajadas representado a un dios demoniaco. Esto no es solo incaico, viene de una tradición antiquísima. Por ejemplo si uno ve la forma que se le da al terreno en Patallacta, no es porque el terreno lo permita o no, está hecho adrede y tiene forma de onda, de ola, esto para mí es un homenaje más al dios del agua. También podemos encontrar muchas evidencias en los tejidos donde los bastoncitos se transforman y representan ondas, olas.

 

P.M. ¿Y por qué no tenemos más evidencias del culto al agua, y sí las hay del sol como deidad en el Incario?

 

F.K. Cuentan los cronistas que Pachacutec se puso a descansar junto a una laguna y se quedó dormido, y en el sueño, se le apareció una persona y le dijo: yo soy el dios sol, y desde ahora en adelante te mando que me rindas pleitesía. Esta narración es muy curiosa, pues justamente es solo en la época de Pachacutec que se inicia el culto al dios sol… cuando ya llegan los españoles. Pero ese culto no se expandió, por eso hasta ahora en los anexos de las punas, no se le conoce. Ahora bien, que los incas reverenciaban al día, sí. Porque de día podían trabajar. Como dije, le decían el Punchao, adoraban y respetaban la luz, pero no al sol. Y hay también dibujos de los cronistas, donde se ve un cerro, o sea un Apu, y adentro, incrustado en el Apu, se ve al inca, y lo veneran, y el sol está por allí, como la luna, porque eran parte natural de su entorno. También se ve en la imagen, que vienen a adorarlo un hombre y una mujer, una familia, y le entregan a su hijito. Acto que se ha malentendido mucho. Siempre hay sobresalto cuando se habla del sacrificio humano, y se dice que los antiguos peruanos eran unos malvados, unos salvajes. Pero cuando un pueblo estaba desesperado, había que tributar lo máximo que se poseía. Eran sus creencias, y no hay que extrañarse: en la Biblia, dios también pedía sacrificios humanos.

 

Yo soy católico de nacimiento, aunque no soy creyente. Pero por respeto a mi madre y a mi abuela, voy a misa, aunque solo cuando es por difuntos. En esas ocasiones, tomo la hostia como un homenaje a ellas, y siempre escucho con mucha atención. Cuando el cura, antes de pasar la comunión, hace un ritual y toma el vino, diciendo que es la sangre de Cristo y el cuerpo de Cristo, eso no es otra cosa que antropofagia. Son recuerdos ancestrales de la antropofagia. En forma sublimada, se está devorando partes de Cristo, por tanto hay que recordar estas cosas y no anatemizar a la cultura de los antiguos peruanos. Los sacrificios humanos en la antigüedad tenían una explicación muy lógica, pues de lo contrario moría la comunidad, y antes que muera la comunidad preferían que muera una persona. Para mi Machu Picchu es el sumun de la religiosidad andina, inca; es la perfección para adorar a la pachamama y al dios del agua.

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar