Por: J Edwin González M.
Estimados amigos:
Vemos con dolor y no menos indignación las posturas en el Congreso de la República. Primero porque lo que es delito para todos los peruanos no es delito para los congresistas (contratos fantasma).
En el colmo del descaro hay congresistas entre ellos Keiko Fujimori, Rafael Rey y otros que cobran sueldos jugosos y nunca, o por lo menos casi nunca, asisten al Congreso. ¡Qué vergüenza! Se debe impulsar la renovación por tercios, con un período máximo de tres años y en una fecha diferente de la elección presidencial.
El Congreso se ha creado para cautelar la administración del Estado peruano, es decir, fiscalizar y legislar a favor del pueblo; pero eso no pasa por la cabeza de la mediocre representación nacional y menos, mucho menos, por la representación del Cusco. Pruebas al canto.
- El campesino reclama con justicia un mejor precio para la hoja de coca ¿por qué?
1.- Se le exige bajo sanción que venda su producto a Enaco empresa que le paga entre 55 y 60 soles la arroba de hoja de coca, pero Enaco vende la arroba a más de 250 soles. ¿Es o no justo que les pague algo más?, máxime si el narcotráfico les pide comprarles al doble del precio que paga Enaco.
No le hagamos juego a la delincuencia y apoyemos al campesino que además de ser pobre, no tiene alternativas a un cultivo donde cosecha cuatro veces al año. No existen ni naranjas, papayas, plátanos o paltas, ni producto en el país que pueda tener ese rendimiento.
Enaco, de la mano de los congresistas, debe buscar alternativas que ayuden al campesino cusqueño y paralelamente eliminar el narcotráfico en el país…, pero eso es pedir mucho a la pobrísima representación nacional.
