Entrevista a José Tamayo Herrera
Por: Patricia Marín


urubamba1“ Con la superpoblación el costo de vida es muy alto, porque el valle no produce todo lo necesario para alimentar a tanta gente. Los hoteles traen sus provisiones de Lima y Arequipa, porque la producción local es estacional, poco estandarizada y además insuficiente. ”

– ¿Cómo historiador y urubambino que puede decirnos de Urubamba?
En primer lugar, por su clima y su paisaje, Urubamba, es un paraíso, un valle excepcional en el Perú.

La época de la que puedo dar testimonio directo es de la Urubamba de los años cincuenta, cuando era una “isla de tranquilidad” adonde, en el verano andino, llegaban algunas familias del Cusco a pasar sus vacaciones, porque era el balneario del Cusco, con un clima excepcional. Había fiestas y carnavales muy simpáticos en Yucay. La juventud gozaba de sanas distracciones: bailes, juegos, deportes, cacería, carnavales, etc. Era realmente un lugar muy atractivo.
Como verás por esas razones mi testimonio, totalmente objetivo, es el testimonio de un historiador, pero es también un testimonio de parte, una visión personal llena de añoranza, de saudade, surgida de recuerdos hermosos y experiencias placenteras.

Urubamba ha tenido la tradición de ser un centro privilegiado hace muchos siglos. La parte más antigua era la que estaba ubicada en las salinas de Maras, en lo que se denomina el ayllu de Cacheq, con una antigüedad de tres mil años, es decir, muy anterior a los incas; y que justamente se hizo poderosa por el control de la sal de Maras. La sal era un elemento de intercambio, quien la poseía tenía poder, ese es el origen del poder de Urubamba.

– ¿Qué fue Urubamba en la época de la Colonia?
Desde 1614, fue el marquesado de Oropesa, tuvo su marquesa, descendiente de la familia real incaica, nieta de Sayri Tupac, una princesa mestiza con sangre indígena imperial, una Hanan Qosqo, y con sangre española de la familia de San Ignacio de Loyola, y casada con un noble español de la familia Borja. Esta marquesa tuvo un palacio en Urubamba. Yo de pequeño todavía conocí los restos del palacio en la calle Tullumayo, y vivió con mucho boato y prestancia durante diez años en Urubamba. Este marquesado fue el único feudo con rollo, es decir con poder jurisdiccional, y capaz de imponer la pena de muerte y juzgar a sus súbditos, los vecinos del valle. Fue el único feudo con este derecho en todo el Perú y se extinguió en siglo XVIII.

urubamba2– ¿Cuáles fueron los primeros españoles en llegar a Urubamba? ¿Quién la fundo?
No se sabe a ciencia cierta quién la fundó, algunos dicen que fue Pedro Ortiz de Orué en el siglo XVI. Yo he buscado en archivos regionales y religiosos, y no he encontrado un indicio claro o una prueba fehaciente de que esto sea cierto. Se afirma que la fundó el tal Pedro Ortiz de Orué, más o menos en 1570 o 75. No inmediatamente después de la conquista, sino unos treinta o cuarenta años después.

Los primeros españoles llegaron a Urubamba hacia 1538, por una razón, su favorable altitud, porque cuando las mujeres españolas que vinieron con sus maridos europeos se embarazaban y daban a luz, los niños que nacían morían de hipoxia (falta de oxígeno) a las pocas horas del parto. Por eso los españoles trasladaron a sus mujeres a Urquillos y a Urubamba, para que allí pudieran dar a luz, y así los niños podían sobrevivir. Gracias a ese microclima, a esa altitud, los primeros españolitos del Cusco pudieron sobrevivir y nacieron allí.
Igualmente, las gallinas no podían reproducirse en el Cusco, no completaban la incubación y los pollitos se morían, antes de salir del cascarón. Llevaron las gallinas a Urubamba donde se aclimataron y pudieron reproducirse. Sobre esto existe una prueba documental, el famoso “Documento de Yucay”, que prueba que Urquillos fue repartido a casi todos los españoles vecinos del Cusco, para que todos tengan su casa de campo donde pudieran dar a luz sus esposas.

– ¿No se puede hablar de Urubamba sin hablar del maíz?
El cultivo del maíz blanco gigante tiene más de mil años en el valle, fue anterior a los incas y a Huayna Cápac, pues este inca fue el dueño de Urquillos, Yucay, Urubamba y Huayocari, era su hacienda real y los indios cañari, sus yanaconas, la trabajaban para él. Estos mismos indios, dirigidos por ingenieros incas, hicieron los andenes de Yucay. Esta hacienda real tan importante pasó después a manos de Francisco Pizarro como encomienda y la trabajó para él un cacique cañari: Francisco Chilche. Como verás la historia de Urubamba es muy antigua.

– ¿Cómo era el uso de la propiedad en la primera mitad el siglo XX?
La mayor parte de los hacendados de Urubamba se dedicaba al cultivo del maíz blanco gigante y antes al cultivo de la alfalfa y la cebada en verde, las cuales servían de alimento a las innumerables recuas de mulas que transportaban los productos de La Convención al Cusco, llevando alcohol, coca, café, cacao, etc. El valle de Urubamba es angosto, y las propiedades más grandes no tenían más de setenta u ochenta hectáreas de tierras planas de primera clase, predominaba la mediana propiedad.
Había otros más progresistas que incursionaron en la agroindustria, especialmente en la producción de lacticinios, queso y mantequilla. Entre ellos estaban los Escóbar en Urpihuata, los Fernández en Huarán, los Santisteban en Chichón. El queso de los Escóbar era realmente fantástico, tenía un sabor extraordinario, debido a los hongos del microclima de Urquillos. Por otro lado, los Tamayo habíamos incursionado en el cultivo de la vid, y producíamos vinos y piscos que eran muy populares, y que provenían quizás del viñedo más alto del mundo, a 2800 metros sobre el nivel del mar, se vendían mucho en Urubamba, Calca y en Cusco y esta industria existió por cerca de treinta años. Urubamba, pues, era un productor de piscos y vinos de calidad. Nosotros hicimos agroindustria y esa era nuestra riqueza fundamental.
Las condiciones de trabajo en el valle del Urubamba eran más humanas que en Paucartambo, La Convención o Paruro. No había pongos, no había mitanis, no había trabajos feudales sino una transición hacia el salario. Había obreros agrícolas con salario, que también en algún momento pagaban el uso de la tierra en trabajo. Urubamba era económicamente más desarrollada, menos feudal, no quiero decir con esto que era una zona eminentemente capitalista, era una zona en transición hacia el capitalismo.

jose-tamayo1“ Yo despertaba en las noches luego de haber soñado, y en esos sueños me veía regresando a Tarabamba, pero poco a poco he ido olvidando, y no hay nada que el tiempo no cure ”


– ¿Qué características económicas, demográficas y de organización política tenía?

La Benemérita Ciudad de Urubamba, tenía solo 3500 habitantes, que vivían del cultivo de las sementeras de las haciendas, del mercado que sólo existía los miércoles y domingos y era residencia de las autoridades principales de la provincia: el subprefecto, el alcalde provincial, el juez de primera instancia, y tenía sus tiendas y un comercio activo.
Su principal producto era el pan, se producía mucho pan para La Convención, que se trasladaba en camiones y en el tren de Santa Ana. Era una provincia ni pobre ni rica, estaba en la medianía, tenía una vida tranquila, con recursos suficientes y su población disfrutaba de una alimentación balanceada con su inevitable chicha de maíz.

– ¿Qué nos puedes decir de la Urubamba de hoy?
Todo esto ha cambiado enormemente, ahora el distrito de Urubamba y la capital de la provincia tiene cerca de veinte mil habitantes, e inclusive dos pueblos jóvenes: Cotowincho y Pintacha. Ahora en la ciudad de Urubamba hay una gran cantidad de limeños, norteamericanos, chilenos, europeos y puneños, que han extendido la población enormemente y han urbanizado el campo.
Estéticamente algo se ha perdido. Urubamba, como decía Valdez y Palacios en el siglo XIX, era un lugar donde la vegetación predominaba sobre el edificio, lo natural sobre lo artificial. Cada propiedad tenía su huerta, sus árboles frutales y de adorno, sus flores, sus jardines. Ahora ya no hay eso, todo está apiñado de casas, e inclusive en una ciudad tan típica se ha introducido una arquitectura decorada con mosaicos verdes, de estilo juliaqueño, que ha malogrado el ambiente característico de Urubamba. No veo que haya un desarrollo urbano planificado, lo que hay es un desarrollo caótico. Me parece que la Municipalidad de Urubamba es incapaz de desarrollar una política urbana y de dirigir un crecimiento racional. Todo el distrito está urbanizándose, pero sin tomar las medidas necesarias. El río Urubamba ya está por demás contaminado. Los glaciares Chincón y Pumahuanca se están reduciendo a ojos vistas, por tanto hay poca agua y el agua potable es escasa. Con la superpoblación el costo de vida es muy alto, porque el valle no produce todo lo necesario para alimentar a tanta gente. Los hoteles traen sus provisiones de Lima y Arequipa, porque la producción local es estacional, poco estandarizada y además insuficiente.

– ¿Es positivo el hecho que se pierda el suelo agrícola y se convierta en suelo urbano?
Te voy a dar un dato para que te hagas una idea: cuando yo vendí Tarabamba el año 1968, el metro cuadrado estaba a doce centavos de dolar, y ahora cuesta a cincuenta dólares el metro cuadrado, de modo que una hectarea de tierra ahora vale quinientos mil dólares, y los campesinos que son dueños de esas tierras son mendigos sentados en un banco de oro. Pues el que menos, tiene dos topitos, que son cinco mil cuatrocientos metros, que tiene un valor de doscientos setenta mil dólares. Ellos sólo ganan ahora diez o quince soles diarios y eso sólo durante unas veinticinco o treinta semanas al año, lo que hace que tengan un ingreso de dos mil a tres mil soles al año; pero la propiedad en la que viven vale casi trescientos mil dólares, un dinero enorme.
Hay mucha gente que los está tentando para comprar sus tierras, y algunos ya han vendido, otros no, porque entre los campesinos quechuas hay esa norma tradicional, no escrita, de que la tierra no se vende, por razones antropológicas, históricas y sociales; pero aún así algunos ya han vendido y se han metido al transporte, al comercio, de tal modo que hay una revolución económica en Urubamba.
Este es un problema muy difícil de resolver, porque los campesinos privilegian la seguridad sobre la utilidad: naturalmente, sembrar su parcela, cultivar su maíz, cosecharlo y guardarlo en su troje para todo el año, les da tres mil o cuatro mil soles al año, que es un ingreso paupérrimo. Pero, si venden su tierra y tienen doscientos mil dólares ¿qué van a hacer con ese dinero? ¿en qué lo van a invertir? Y lo más importante: ¿a qué se van a dedicar estos campesinos, que sólo saben trabajar en la agricultura luego de vender su tierra? Un letrado cusqueño me decía que se van a convertir en proletarios, en empleados de los hoteles. ¿Pero puede uno creer que un hombre que tiene cien mil dólares en el bolsillo se va a conformar con ganar salario mínimo en un hotel? Yo no creo. Los que vendieron su tierra invirtieron en camionetas, en combis. Sé que a algunos les ha ido mal, porque no están preparados para un trabajo que no es el suyo.

¿Qué va a hacer esta gente cuando se enajene de la tierra? ¿Qué va a hacer con su plata? ¿la va a perder o va invertir adecuadamente? Esa es la pregunta. Y ahora que el dólar ha bajado es peor aún.

– ¿Por qué se está extinguiendo el cultivo del maíz en Urubamba?
El cultivo del maíz blanco gigante requiere de mucha mano de obra. Es mentira lo que dicen aquí en Lima que el campesino trabaja doce y hasta catorce horas. El campesino en Urubamba entra a trabajar a las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde; toma un descanso a las diez de la mañana y otro a las doce y media para su chicha y a las cuatro de la tarde ya se está yendo a su casa. Es decir un trabajo efectivo de siete horas, por eso hay mucho gasto en mano de obra, también hay falta de agua, pues el maíz requiere mucho agua.
La solución sería industrializarlo, cuando yo estuve en EE.UU vi unos choclos más pequeños que los nuestros y de inferior sabor, en conserva, que se vendían a cuatro y cinco dólares la unidad. Industrializar el choclo en conserva para la exportación sería una solución. Los norteamericanos siempre tan pragmáticos, trataron de aclimatar el maíz en el valle de Salinas, en California, pero no lo lograron, porque el microclima del Valle Sagrado es único. Además el maíz blanco difícilmente se ha adaptado a otros valles peruanos fuera del Valle Sagrado, porque es muy sensible al cambio del fotoperíodo.
Para mantener el maíz blanco gigante en el valle de Urubamba habría que industrializarlo, hacer maicena o conservas de choclo, el asunto es darle una presentación y un mercadeo que permita su venta en el extranjero. Urubamba ha vivido la era del maíz hace mil años, pero ahora algunos agricultores ya están abandonando su cultivo, por ejemplo Lourdes Romainville iba a cultivar zapallos, porque el cultivo de maíz requiere siembra manual, aporque manual, segunda lampa manual, deshierbe manual, cosecha manual, sacarlo de la cáscara, secarlo, ponerlo en la troje, desgranarlo a mano, una gran cantidad de mano de obra. No se puede mecanizar el proceso, porque el grano se rompe, es muy amiláceo.
Cuando trabajé Tarabamba entre 1957 y 1969, yo hice buenos negocios vendiendo maíz blanco como choclo, a comerciantes de Puno puesto en chacra, daba utilidades. Después me dediqué a la ganadería porque el maíz ya era indefendible. Era lo comido por lo servido, lo gastado por lo cobrado, no había utilidades, sólo el choclo puesto en chacra daba utilidades.
Yo he vivido treinta y cinco años de mi vida, entre Urubamba y Cusco, trabajando como agricultor. Cuando murió mi padre, tenía diecinueve años y empecé a trabajar la hacienda, porque mi mamá estaba muy delicada, y trabaje la hacienda durante diecisiete años o más, y sé de lo que hablo. El maíz blanco sólo puede subsistir como choclo o si se industrializa. Precisamente, el ingeniero agrónomo cusqueño Américo Valdez Marín ha escrito un libro sobre el maíz blanco gigante, que es lo mejor que se ha escrito sobre dicho cultivo.

jose-tamayo1– ¿Qué negocios agrícolas serían viables en Urubamba si el maíz no lo es?
Hay quienes apuntan hacia el cultivo de flores, porque tiene mucho más ventajas. Incluso el cultivo de hortalizas tiene algún excedente importante. Por ejemplo los ecuatorianos, que fueron arrasados por la Reforma Agraria como los peruanos, están cultivando en la sierra ecuatoriana flores para exportación a Estados Unidos y a América Latina, con un rendimiento de doscientos mil dólares por hectárea. Pero lo malo es, que en el caso de Cusco no hay un aeropuerto internacional suficientemente cercano y equipado para transportar, y en el Cusco no hay aviones refrigerados ni cosa por el estilo. También se está introduciendo en el Valle Sagrado el cultivo de la alcachofa, para la exportación.

El mejor negocio de Urubamba es su clima. El clima no se va a perder y es gratuito. Hay una gran ventaja por la altura, la temperatura y la belleza del paisaje. Fíjate que el dueño de la clínica San Pablo está haciendo un hotel para convalecientes en Urquillos, en lo que fue la hacienda Yaravilca, que parece que va a tener gran éxito.

– ¿Podrías hacer un perfil del urubambino?
Sí. El urubambino es un personaje muy importante, alegre, inteligente, tradicionalista, que tiende sobre todo a la conservación de su modo de vida, es un poco reacio al cambio, quizás porque vive en un paraíso. Pero también tiene algunas aficiones muy curiosas. A las cuatro de la tarde todos los pobladores de Urubamba, están en las doscientas chicherías de la Benemérita Ciudad, hablando del género humano, el deporte del pueblo chico, como era Urubamba, antes de su desarrollo reciente, es la chismografía y el comentario a veces malévolo y a veces humorístico. Aunque este parece ser un mal común de todos los peruanos.

– ¿Cuál es la fiesta principal de Urubamba?
La fiesta principal es la del señor de Torrechayoc, que es una gran fiesta tradicional. Cuando yo vivía en Urubamba había corrida toros, albazo con cohetones y fuegos artificiales, grupos de danzarines que se disputaban el primer lugar. Esta fiesta se originó en el siglo XIX, cuando en un grupo de urubambinos llevó una cruz a la cordillera oriental. Años después el señor se apareció en sueños a uno de sus devotos y le dijo: “Tráeme al pueblo para rendirme veneración en una capilla, porque estoy muy solo en un lugar muy frío”. Entonces, los cofrades trajeron al Señor e iniciaron su culto. Cuando yo era niño y estuve enfermo, mi padre me encomendó al señor de Torrechayoc, quién me salvó y en agradecimiento construyó una capilla a su costa que después los nuevos devotos han ampliado.

jose-tamayo1– ¿Cuál es su gastronomía?
Algunos de sus platos tradicionales el choclo con queso, el lechón, la lawa de maíz, el tamal, la frutillada, el nabusjaucha, las unuelas, los duraznos coyoñahui, etc.

– ¿Qué deportes practicaban?
La cacería, en Urubamba había grupos de cazadores que iban a la cordillera a cazar venados, ciervos, cóndores, zorros, vizcachas y pumas en la zona del Chincón, el Yllahuamán, Huacahuasi, Patacancha, la quebrada de Pomatales, la Verónica, etc. Yo he cazado muchos venados en mi juventud y conocí cazadores excelentes como Teófilo Sanz, Gregorio Ugarte, Luis Ochoa Herrera, etc.

– ¿Cómo llegó tu familia a Urubamba?
A comienzos del siglo XIX, ya iniciada la República, en 1835, llegó de Moquegua, Don Juan Manuel Tamayo, comerciante moqueguano que traía vinos y piscos de ese valle costeño, aceitunas y dulces moqueguanos y que por la vía del matrimonio con Faustina Guevara se hizo de la quinta Roca-Fuerte. Después compró Tarabamba, Marcabamba, Media Luna, Patashuaylla, Pintacha, etc., en Urubamba y La Quebrada, Colca y la Playa en el valle de Lares.
A mí como bisnieto sólo me tocó Tarabamba y yo terminé con la tradición agrícola de los Tamayo, mejor dicho la Reforma Agraria fue la que terminó con esa tradición. Pero se impuso en mí, el hombre intelectual que yo era fundamentalmente, que era, un hombre del siglo XXI, y no del siglo XIX, como mis ancestros y puedo decir que me he adaptado y he cambiado, hasta convertirme en un hombre moderno y no tradicional.
Pero no en vano la tradición está en mi inconsciente, olvidarme de Tarabamba, en Lima me ha costado años, yo despertaba en las noches luego de haber soñado, y en esos sueños me veía regresando a Tarabamba, pero poco a poco he ido olvidando, y no hay nada que el tiempo no cure, yo he vivido un duelo durante años, por eso me he hecho un historiador, soy un añorante y recuerdo el pasado. Yo no vuelvo a Urubamba porque nadie puede ser igual, donde ha sido un señor.
Alguien dijo que todos somos producto de nuestros adversarios. No me permitieron vivir tranquilo en el Cusco y tuve que venirme a Lima, pero eso es lo mejor que me ha ocurrido, porque pude abrir las alas intelectualmente para desarrollarme, a veces los grandes favores te los hacen tus propios enemigos.

– ¿Recuerdas alguna leyenda o mito de Urubamba?
Te cuento la leyenda de Pucyupata: que es donde forma y se refleja la manera de ser de algunos cusqueños. Pucyupata era una montaña nevada al frente de Tarabamba. Hasta hace unas décadas la montaña tenía una cresta nevada, una cabeza con su orla de nieve (con el calentamiento global ha perdido su corona), y al frente estaba el famoso cerro Yahuarmaqui, poblado por un auqui.

Dicen que hace varios siglos, el auqui de Yahuarmaqui, tenía envidia de la corona de nieve del auqui de Pucyupata y quiso robársela. En una noche tempestuosa, pasó el río Urubamba y empezó a subir de Pucyupata para robarle la corona. El puma y el zorro servidores de Pucyupata despertaron a éste y entonces el auqui de la montaña nevada profirió su maldición y le dijo a Yahuarmaqui: “Tú vienes traicioneramente a robarme mi corona de nieve, y como castigo por tu delito, por los siglos de los siglos quedarás bajo mis pies besándome los pies”.En ese instante se produjo un derrumbe del gran cerro Yahuarmaqui, y éste cayó en una multitud de colinas a los pies de Puycyupata y realmente esta montaña parece el torso de un hombre besándole los pies. La caída de Yahuarmaqui represó el río e hizo retroceder el Vilcanota hasta Yucay, en el siglo XVII, hasta tal punto, que de los famosos pisonays de Yucay sólo se veían la parte alta de los árboles, pues todo se llenó de agua. Esta leyenda alude a emulación, al deseo sórdido del bien ajeno y al castigo que esta conducta acarrea al habitante del Cusco. En forma metafórica o simbólica describe algo del alma de éste pueblo. Esta historia ha sido contada en un libro de la señora Genara Ellorrieta de Aranzábal.

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