El arte barroco cusqueño

En la Europa de finales del siglo XVI, y a lo largo del  siglo XVII,  en medio de la fuerte pugna entre católicos y protestantes, y las posiciones políticas absolutistas y parlamentarias,  se dio a conocer un importante  movimiento en las artes visuales.

Este campo fue, desde siempre, un instrumento para difundir ideas religiosas o políticas, posiciones sociales e intereses de clase.  No es de extrañar, entonces, que surgiera  el arte barroco en una época de pugnas religiosas, donde la iglesia católica tenía, en sus diversos recintos (palacios, catedrales, templos, iglesias, oratorios, etc., etc.), excelentes escenarios para exhibir su ideología y su poder.  Tampoco es de extrañar que las colonias europeas emularan lo que pasaba en el continente europeo. La música, la ópera, la literatura, la pintura, la escultura se  hicieron  más ornamentadas y efectistas, optaron por lo abundante y lo anecdótico, en especial  por el impacto que causaba en el ojo humano, es decir optaron por lo espectacular.  Más que el espíritu o el contenido, eran las formas las que se enfatizaban.

El Cusco fue el ámbito latinoamericano más propicio para la proliferación de este arte barroco.  Arte que, hasta el día de hoy, tiene cultores que no solo  replican  los modelos tradicionales, sino que los reaniman y alimentan. Uno de esos cultores es Miguel Ángel Espinoza, quien nos hizo llegar este video donde da conocer su encuentro con el arte de la talla en madera, en el  programa "Patrimonio" que se realiza en la televisión cusqueña.  Valicha agradece esta iniciativa, e invita a  los artistas de diverso género a emular a Espinoza y  difundir su trabajo a través de este medio.

 

 

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