Sofia Pachas Maceda.
Por: Patricia Marín
“¿Conoces el libro La ciudad del Sol?”, me pregunta, a boca de jarro, Sofía Pachas Maceda*, en una conversación de café. Le respondí que no: “¿De qué se trata? ¿Quién lo escribe?”.
Y de pronto saca de su bolso un envoltorio de papel, y cual reliquia, descubre un pequeño libro. Con la minuciosidad que caracteriza a los historiadores de arte, me pide que lo revise con cuidado, pues su conservación es vital. De inmediato le pido que me lo preste, y para mi sorpresa ¡accede! Pero no sin antes recalcarme la forma de utilizarlo y hacerme prometer que no le sacaría fotocopias, pero sí podía tomarle fotografías. Apenas llegué a casa lo leí con fruición y mi asombro no termina hasta ahora.
Sofía Pachas Maceda , autora de: Aurora Cáceres, "Evangelina”: sus escritos sobre arte peruano UNMSM, Seminario de Historia Rural Andina, Lima, 2009. |
El libro trata de las memorias del viaje que hiciera su autora, Zoila Aurora Cáceres, a la ciudad del Cusco en la primera década del siglo XX. La capacidad de su autora para describir la ciudad es notable y tiene, desde mi punto de vista, dos momentos memorables: la descripción de la visita a la casa de la señorita Yabar y la narración de su visita a la Catedral.
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Utilizaba el seudónimo de Evangelina, y fue la segunda hija de Andrés Avelino Cáceres |
Cáceres, con una clara influencia del modernismo de la época, y un evidente conocimiento de arte, es además una magnifica cultora de las memorias de viaje. Su narración no solo describe objetos y lugares, sino también atmósferas y sentimientos, casi con un talento de novelista, además de la curiosidad y el ansia de aventura propia de una reportera nata. Eso explica que, en esa época y siendo mujer, hiciera sola el viaje a Cusco.
¿Quién fue realmente Zoila Aurora Cáceres?
“Yo la llamo Aurora Cáceres, pues así es como firma sus libros, dice Sofía Pachas, pero utilizaba el seudónimo de Evangelina, y fue la segunda hija de Andrés Avelino Cáceres, y de Antonia Moreno. Fue conocida por su trabajo y su influencia para lograr el voto femenino en el Perú, pues los historiadores se han dedicado especialmente a ese aspecto, dejando de lado su actividad literaria”.
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Aurora Cáceres era una viajera. No solo por Europa, que era lo normal para las clases altas de ésa época, sino dentro del Perú. Fotografía proporcionada por Sofía Pachas. |
Y fue precisamente revisando unos archivos, en su trabajo de historiadora, que ubicó a una Aurora Cáceres dando una conferencia sobre arte en 1911. El nombre se le quedó gravado pues era insólito que una mujer diera conferencias sobre arte en ésa época, y más aún que escribiera sobre él artículos publicados en diarios y revistas. Luego Sofía, se dedicó a leer sus ocho libros, el quinto de los cuales fue La Ciudad del Sol, que encontró en una feria del libro viejo.
Por sus investigaciones, Pachas se enteró que, desde joven, Aurora en su propia casa, y junto con su hermana Hortensia, compartían el gusto por la literatura y el arte, y formaron parte de una estimulante tertulia, según el modelo de las del siglo XIX. Además, Aurora Cáceres era una viajera. No solo por Europa, que era lo normal para las clases altas de ésa época, sino dentro del Perú. “Quiso volver a sus raíces, y para los peruanos, de cualquier lugar o época, el Cusco siempre ha sido la ciudad sagrada. Aunque publicó su libro en 1927, posiblemente haya estado en Cusco en la primera década de 1900, por lo que no es de extrañar que no llegara a Machu Picchu.
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“Quiso volver a sus raíces, y para los peruanos, de cualquier lugar o época, el Cusco siempre ha sido la ciudad sagrada". |
En sus escritos ella no deja claro si viaja sola o acompañada, aunque en ésa época ya era una mujer separada de Enrique Gómez Carrillo, el célebre escritor guatemalteco. He logrado averiguar que ella buscaba tours grupales, pero parece ser que el viaje a Cusco lo hizo sola. Ella hubiera podido ir a Ayacucho donde estaban también la raíces de su padre, pero en este viaje ella busca algo que va más allá de las raíces familiares”, nos informa Sofía Pachas.
El inicio de La Ciudad del Sol es un entrañable recuerdo familiar. Mollendo, íntimamente ligado a su infancia e historia familiar, es la primera parada en esta búsqueda de sí misma. Luego se embarcará en el tren que la conducirá hasta el Cusco. La crónica nos hace partícipe de cada estación, hasta su arribo y recibimiento en Cusco.
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" En este viaje ella busca algo que va más allá de las raíces familiares”, nos informa Sofía Pachas |
Luego da cuenta de su estadía y ofrece al lector, no solo anécdotas de viaje, sino una descripción minuciosa de la arquitectura, escultura, la pintura, el paisaje, la vestimenta, las costumbres de cada lugar que visita.
Así, el Coricancha, Colcampata, Sacsayhuaman, la ruta a Urubamba, las calles, las casas, los patios, sus habitantes, son descritos gracias no solo a sus impresiones sino especialmente a sus conocimientos de arte.
En el texto de presentación, Enrique Gómez Carillo evidencia una contradicción entre la fascinación de Aurora Cáceres por lo Inca y su admiración y preferencia por lo hispano y colonial.
Pero esta contradicción es aún más general, pues ella era, a la vez, sufragista y escritora moderna, y una católica militante, como se puede apreciar en el capítulo que dedica a la Catedral del cusco, con el que termina esta interesante y delicada pieza de colección, publicada por la librería Francesa Científica y la Casa editorial E. Rosay.
* Magister en Arte peruano y latino americano, profesora del curso de de Gestión de Ediciones en la maestría de Gestión cultural y Desarrollo en la universidad de San Marcos.