Conversación con la Dra. Vera Tyuleneva y el fotógrafo Jero Gonzáles

 

El peregrinaje es una práctica universal ancestral. En el caso del Señor de Qoyllur Rit’i, se trata de una celebración sincrética entre dos rituales, cuyo simbolismo esencial pervive en cada uno de los miembros de las ocho naciones -Paucartambo, Quispicanchis, Canchis, Acomayo, Paruro, Tawantinsuyo, Anta y Urubamba- que son convocadas por el Consejo de Naciones Peregrinas y la Hermandad del Señor de Qoyllur rit’i. La celebración se realiza siempre un día antes del Corpus Cristi, fiesta también sincrética y muy popular en la ciudad del Cusco.

Pero los peregrinos, más allá de los grupos tradicionales, se han ido incrementando con los años. Gente diversa es atraída por la fuerza espiritual y esta, como sabemos, no solo está relacionada con las confesiones religiosas. La espiritualidad va más allá de un credo. Este año, luego del desastre sanitario, los peregrinos, según algunas estimaciones, llegaron a ser 10,000, procedentes incluso de otros países.

Pero, ¿cómo ha sido esta fiesta luego de dos años de interrupción? Los Pabluchas, por ejemplo, ¿han tenido más trabajo para poner orden? ¿Cómo ha hecho la hermandad para organizar a tan heterogéneos grupos? ¿Qué cambios hubo para los peregrinos? ¿Qué cambios ha habido en las nieves perpetuas que son motivo del peregrinaje?

Para contestar a estas y otras preguntas, este portal ha invitado a dos peregrinos que llevan treinta y veinte años haciendo el camino al Santuario, partiendo de las faldas del Sinacara hasta llegar al Apu Ausangate y ser parte de la impresionante salida del sol. Ellos son Jero Gonzáles, miembro de una de las naciones mencionadas y fotógrafo que ha capturado las imágenes de muchas peregrinaciones; y la historiadora rusa Vera Tyuleneva, radicada en Cusco desde los años 90, quienes nos hablarán de sus experiencias como peregrinos y de las transformaciones que han observado a lo largo de los años.