Entrevista a las hermanas  Roxana y Gabriela Martínez Escobar.

Diálogos para la reflexión y la acción.

A finales de los años setenta y en el transcurso de los años ochenta, tuve el privilegio de conocer a varias mujeres cusqueñas que, por una u otra razón, llamaron mi atención. No eran las típicas amas de casa, cuidadoras de sus hijos y el esposo y nada más; eran mujeres que hacían mucho más que eso. Una de ellas fue Marina Escobar Moscoso. Su área de interés y motivo de sus desvelos era la salud de los niños, partiendo de su buena nutrición, basada en alimentos andinos como la coca, la quinua, la quiwicha y el tarwi, para que fueran adultos sanos y de provecho para sus comunidades rurales. Su incansable lucha para que estos alimentos fueran considerados y revalorados por los propios cusqueños como potentes alimentos y nutrientes fue un compromiso asumido y logrado por Marina Escobar. Formada en el Colegio de Educandas, dejó el Cusco para estudiar Enfermería y Puericultura en el Hospital del Niño, en Lima; luego estudió Nutrición y Dietética en la Universidad de Chile, en Santiago de Chile, y obtuvo una certificación en Salud Pública del Ministerio de Salud del Perú. Pero esta preparación no sólo la hizo trabajar por los niños, sino también se preocupó por las mujeres, por su despertar a la igualdad y trabajar a ese fin. Así, participó en la creación de la Red Nacional de la Mujer que más tarde se articularia en lo que es la Red Nacional de Promoción de la Mujer, ayudando a establecer dicha Red en el Cusco.

Este nueve de octubre celebraremos los 100 años de su nacimiento, y por ello este portal ha invitado a sus hijas Roxana y Gabriela Martínez Escobar, para conversar sobre Marina Escobar Moscoso nacida el 9 de octubre de 1925 en la ciudad del Cusco. Escuchemos.

 

Una luchadora contra la estigmatización alimenticia: Marina Escobar Moscoso

Una luchadora contra la estigmatización alimenticia: Marina Escobar Moscoso Diálogos para la reflexión y la acción. A finales de los años setenta y en el transcurso de los años ochenta, tuve el privilegio de conocer a varias mujeres cusqueñas que, por una u otra razón, llamaron mi atención. No eran las típicas amas de casa, cuidadoras de sus hijos y el esposo y nada más; eran mujeres que hacían mucho más que eso. Una de ellas fue Marina Escobar Moscoso. Su área de interés y motivo de sus desvelos era la salud de los niños, partiendo de su buena nutrición, basada en alimentos andinos como la coca, la quinua, la quiwicha y el tarwi, para que fueran adultos sanos y de provecho para sus comunidades rurales. Su incansable lucha para que estos alimentos fueran considerados y revalorados por los propios cusqueños como potentes alimentos y nutrientes fue un compromiso asumido y logrado por Marina Escobar. Formada en el Colegio de Educandas, dejó el Cusco para estudiar Enfermería y Puericultura en el Hospital del Niño, en Lima; luego estudió Nutrición y Dietética en la Universidad de Chile, en Santiago de Chile, y obtuvo una certificación en Salud Pública del Ministerio de Salud del Perú. Pero esta preparación no sólo la hizo trabajar por los niños, sino también se preocupó por las mujeres, por su despertar a la igualdad y trabajar a ese fin. Así, participó en la creación de la Red Nacional de la Mujer que más tarde se articularia en lo que es la Red Nacional de Promoción de la Mujer, ayudando a establecer dicha Red en el Cusco. Este octubre celebraremos los 100 años de su nacimiento, y por ello este portal ha invitado a sus hijas Roxana y Gabriela Martínez Escobar, para conversar sobre Marina Escobar Moscoso nacida el 9 de octubre de 1925 en la ciudad del Cusco. Escuchemos.

Publicado por Valicha.com en Viernes, 12 de septiembre de 2025

Y se fue a las Alturas

Los cusqueños y los peruanos en general, somos amantes del baile y el canto. La adolescencia de muchos de nosotros transcurrió entre “guitarreadas”; no se trataba de fiestas, sino de disfrutar rodeados de amigos que cantaban y tocaban la música latinoamericana (sobre toda argentina y chilena) y nuestros queridos huaynos andinos. A pesar de haber sido también pedagogo y hombre de negocios, Juan Carlos fue esencialmente un músico desde el principio hasta el final. También fue, desde siempre, un excelente amigo, hospitalario como pocos. Así nació el grupo Alturas, cuya proyección llegó a ser internacional.

¿Cómo era Juan Carlos? ¿Cómo nace Alturas? ¿Cómo llegan a Europa? Para obtener respuestas a estas preguntas, convocamos a Edgar García, Manuel García, Percy Navarro, Lucho Medina y Raúl Rodríguez, quienes nos ofrecen un testimonio de quien fue Juan Carlos Dianderas, cómo surgió el grupo musical Alturas y alcanzó tanta influencia. Además, conmovedoramente, ellos le cantan a su viejo amigo, que los escuchará feliz, allí donde esté.

 

Diálogos para la reflexión y la acción

Una entrevista con  Luis Enrique Ramírez y Vera Tyuleneva 

Hace ya un par de décadas, el convento de Santo Domingo en el Cusco tuvo una gran transformación en cuanto a su apertura para la creación y difusión del arte contemporáneo. Se abrieron salas de exposición, concursos, y se encargaron nuevas obras a jóvenes artistas cusqueños, todo lo que hoy forma parte del gran patrimonio cultural dominico.

Prior del convento en ese momento fue el sacerdote Luis Enrique Ramírez, quien demostró lo que una iglesia contemporánea puede hacer a favor de la cultura y el arte. Vera Tyuleneva y Mariana Creimerman, estudiosas del arte y museólogas, fueron los pivotes que aportaron conocimiento y dinamismo a la tarea, junto al prior Ramírez.

 

 

Una conversación con José Carlos Huayhuaca.

Diálogos para la reflexión y la acción.

Que la maravillosa novela de García Márquez sea llevada al formato audiovisual y esté alcance de nuestros ojos, suena sin duda alguna como algo digno de aplauso. Sin embargo, nos pareció pertinente preguntarle su opinión al respecto a José Carlos Huayhuaca, quien en su última obra Del libro a la pantalla: Relaciones del Cine y la Literatura analiza diversos casos -afortunados unos, pero otros no- de adaptación de obras maestras de la literatura a las artes de la imagen.

 

Por: José Carlos Huayhuaca

Gianfranco Annichini, Lima, 2017. Foto de Carlos Salinas.

La cinematografía de nuestro país tiene una historia más bien modesta, al menos en comparación a otras naciones latinoamericanas, como Argentina, Brasil y México. No obstante, comprende obras notables, capaces de ser apreciadas en cualquier contexto.Las que yo prefiero, todas datan del presente siglo: los dos largometrajes de Josué Méndez (Días de Santiago, 2005, y Dioses, 2010), pero sobre todo Paraíso (2009), escrita y dirigida por Héctor Gálvez.